Un conjunto de personas con perfiles como el de trabajadores sociales, biólogos o técnicos en agricultura integran la Asociación de Bienestar Ambiental (Abia), una plataforma que desarrolla proyectos que tienen un sustrato primario en la tierra, lo natural.

Con base en el semillero del antiguo IES Padre Anchieta, esta asociación trabaja en un proyecto financiado por el Servicio Canario de Empleo, denominado Biodiversidad. "Lo de bio tiene que ver con los productos agrícolas canarios y el concepto de diversidad, en referencia al colectivo al que va encaminado este proyecto, en concreto a mujeres con discapacidad intelectual", tal y como explica Judith.

El Centro de Madres acoge a diez personas con discapacidad y es a partir de los itinerarios integrados de inserción laboral donde se desarrola la formación y, transversalmente, la orientación hacia el empleo. El objetivo final es buscar la inserción de estas personas en el mercado laboral.

Esas personas disfrutan de clases prácticas durante su formación. Por ejemplo, aprenden a montar un semillero y conocen rudimentos básicos de agricultura".

Precisamente, "el contacto con la tierra confiere a estas personas unas características de formación que les amplía la visión del mundo", señala Judith.

El objetivo concreto de este proyecto se orienta a la formación de personas que puedan realizar tareas de auxiliares de jardinería o de agricultura y su inserción en el mercado laboral.

La asociación tiene otros fines, como el de concienciar sobre el bienestar animal, en concreto el problema de mantenimiento de animales de compañía o de animales estabulados como ovejas, cabras, etc.

Previamente a este proyecto, Abia ha desarrollado actividades de divulgación de la cultura científica con alumnos de La Laguna, dando a conocer el comportamiento de especies endémicas de Canarias, como el lagarto tizón y la lisa de Tenerife, con resultados realmente satisfactorios.