Juan Miguel Mena, concejal de Sí se puede en La Laguna, ha recordado al concejal de Aguas del Ayuntamiento, Javier Abreu, que el pozo de Las Mercedes es un proyecto que “nace con fecha de caducidad”, al explotarse un recurso no renovable como el agua subterránea.
El edil considera que aunque es una buena noticia que miles de personas del Casco lagunero afectadas por el exceso de flúor puedan hacer un uso normal del agua de abasto, pero la realidad es que el Ayuntamiento ha realizado una inversión de más de 1,4 millones de euros en un proyecto que posiblemente no tenga una duración de más de 10 o 15 años. Indican en su momento se les comunicó que el coste inicial de esta obra, de entorno a 300.000 euros, era inasumible para el Ayuntamiento y por eso Teidagua debía de ser la empresa que gestionara la obra, a cambio de una concesión de 480 euros anuales durante los próximos 25 años, “lo que implica una privatización parcial de este recurso de facto”.
Los ecosocialistas laguneros basan sus afirmaciones sobre la posible duración de este pozo en los estudios publicados por el Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) en el que se indica el progresivo agotamiento de este tipo de reservas de agua. A partir de 1970 el caudal extraído por las explotaciones de aguas subterráneas en la Isla ha sufrido un descenso medio de unos 0,9 hm3/año, fruto de la cada vez menor capacidad de reposición del acuífero y la sobreexplotación.
Otro dato reflejado en el documento de los investigadores del CIATF es el referido a la situación concreta del cercano acuífero de Los Rodeos, ya que “desde que comenzó a medirse el nivel en 1986, se ha mantenido una tendencia descendente, con una caída promedio anual de 2,4 m. Desde 1993 en adelante, y coincidiendo con un progresivo incremento en el número de pozos en explotación y por tanto en la cuantía del aprovechamiento conjunto, el descenso anual promedio se incrementó hasta 4,04 m/año. Dadas las características constructivas de los pozos perforados en el acuífero de Los Rodeos, y más concretamente la potencia de la zona saturada cortada por las captaciones, se estima que de mantenerse el actual ritmo de descensos, los pozos se quedarían en seco en el plazo máximo de 10 a 15 años. Esta situación podría acelerarse aún más ya que el coeficiente de almacenamiento de los niveles más bajos del acuífero será presumiblemente menor”.
Mena explica por otra parte que existen voces dentro de la comunidad científica insular que alertan del riesgo que puede tener la explotación de estas aguas profundas sobre las aguas más superficiales, y concretamente en la zona de Las Mercedes por su efecto sobre la laurisilva de Anaga. “Defendemos que estas importantes inversiones, como la de la desalinizadora de Montaña del Aire o la del nuevo pozo que se quiere ubicar en Las Gavias, vayan dirigidas a la desalación de agua marina, al ser una fuente permanente, de calidad óptima y más sostenible”, apostilla.