"Los vecinos de la calle El Sol, en La Esperanza, están hartos de sufrir, casi a diario, las consecuencias de vivir en una calle con una tremenda inseguridad vial, sin aceras ni servicios". Esta frase de Escolástico Gil, concejal de Iniciativa por El Rosario-Verdes, resume lo expresado por un grupo de habitantes de esta vía, la carretera insular TF-226, que nace en La Esperanza y desemboca en Aguagarcía.

Con un trazado de 758 metros, es estrecha, no tiene aceras ni cunetas y "pocos se atreven a dejar que sus hijos caminen por ella para ir al colegio Leoncio Rodríguez o para acudir a las instalaciones deportivas". Salir a la calle como peatón en este lugar "ya es una temeridad".

Curvas sin visibilidad, algunas rasantes y otras carreteras que desembocan en ella "desde la que cada incorporación a la calle El Sol es un riesgo vital". Y no exageran.

Curiosamente, la solución está aprobada desde hace más de una década. El Cabildo dio luz verde entonces a una travesía urbana entre la calle El Calvario y la Vista de Castillo. El Pleno de El Rosario reclama, otra vez y por unanimidad, la realización de esta obra en una carretera con mucho tráfico.

La gestión y mantenimiento de esta vía pertenece al Cabildo y hay constancia documental de las mejoras que los vecinos solicitan: limitación de la velocidad, aceras y alumbrado.

Las obras aprobadas y nunca realizadas consistían en la urbanización completa de la calle, a lo largo de los primeros 758 metros hasta la rotonda de Vista Castillo, dotándola de las redes de abastecimiento, drenaje, baja tensión, saneamiento, telecomunicaciones y alumbrado público, así como actuaciones de pavimentación y señalización. La sección tipo de la calle sería de ocho metros, con 2,75 para cada carril y 1,25 por acera, además de rebajar las aceras en los cruces de la calzada que están definidos. En cuanto a la red de saneamiento, la propuesta contemplaba la conexión al colector que discurre por la calle Calvario.

"Lo único que se ha hecho es poner un poco de cemento en un punto y nada más. Aquí los coches caen en las cunetas e, incluso, hace unos años se produjo un accidente mortal en una de las curvas. La situación es insoportable y ya no sabes qué hacer". Lo dicen los vecinos, que esperan del Cabildo "una actuación diligente y rápida". Y son casi 11 años de espera.