Poco queda de aquella "dulce fresca e inolvidable sombra" del almendro de la casa de la curva de Gracia al que cantó Nicolás Estévanez en su poema "Canarias", un texto que el nacionalismo ha querido vincular a su ideario.

Lo cierto es que ni el almendro es tal, ni la casona ha recuperado su valor patrimonial, ni aquel espacio mítico se ha convertido en el referente cultural que se había ideado sobre planos.

Desde que se iniciaron los trabajos en 2011, los efectos de la crisis han ido paralizando el desarrollo normal de una obra que tras la consolidación de estructuras y cubiertas, ahora precisa una inversión aproximada de un millón de euros para concluir la última fase del proyecto y, de esta manera, cumplir con el objetivo de celebrar en agosto el centenario de la muerte de Nicolás Estévanez.

El Cabildo buscan inversores que libren el dinero necesario para las tareas de pintado y de instalación eléctrica, además de los elementos preceptivos que marcan las normas de seguridad y contraincendios, además de un ascensor, una zona para baños y un salón de reuniones, actuaciones que representan un desembolso de 500.00o euros.

A esto se añade la intervención en el perímetro de la edificación, que suponen un montante similar al anterior.

El Boletín Oficial de Canarias (BOC) publicaba ayer la resolución por la que se declara la Casa Borges-Estévanez y la zona anexa al entorno del inmueble como Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico.

La Casa Borges Estévanez fue construida entre 1733 y 1735 por un miembro de la familia Meade, ilustre linaje de ascendencia irlandesa uno de cuyos integrantes más destacados fue José Murphy y Meade. Este destacado político tinerfeño consiguió la capitalidad del Archipiélago para Santa Cruz.

Pero serán sus sobrinos, Nicolás y Patricio Estévanez Murphy, dos de las principales personalidades políticas y culturales más sobresalientes en el panorama local y nacional del siglo XIX y principios del XX, los que tuvieron una mayor vinculación con la casa.

El mayor de ellos, Nicolás, fue militar de carrera, prestando servicios en África, Puerto Rico y Cuba. Republicano convencido, llegó a ser Ministro de la Guerra en 1873. Murió en París en 1914.

Patricio Estévanez fue periodista y literato, así como un republicano convencido y defensor incansable de Tenerife en la cuestión del pleito insular. Director de la Ilustración de Canarias entre 1882 y 1884, pasa a dirigir el Diario de Tenerife entre 1886 y 1917.

Otro personaje destacado vinculado a la historia de la casa fue Francisco Borges Salas, yerno de Patricio, y uno de los artistas contemporáneos más destacados del Archipiélago.

Además de su profesión como docente en la Escuela de Artes y Oficios, fue el autor de diversos grupos escultóricos entre los que destaca el ubicado en el centro del Parque García Sanabria, así como otras ejecutadas durante su estancia de 20 años en Venezuela.

Un BIC con la categoría de Sitio Histórico

La vivienda es una casa de campo para familia acomodada, equiparable a las casonas rurales de la Rambla de Castro o las haciendas de Los Príncipes y La Coronela, también en Los Realejos. El paraje original en el que se construyó la casa era muy distinto al actual, pues sólo existía la ermita de Gracia, como réplica constructiva a la casa de los Meade, en un entorno rural poco transformado y desde el que se divisaba la bahía de Santa Cruz.

Se trata de una casona de dos plantas, que en su lado este y en alto finaliza en el conocido balcón, a cuyo pie se ubica el famoso almendro. Sobresale su galería cerrada que recorre el lado sur del cuerpo superior, al que se fueron añadiendo diversas construcciones en dos etapas. Entre ellas destaca un cuerpo transversal situado al oeste, con galería de madera. Como elemento destacado, un gran aljibe abovedado con brocal cuadrado.

En algunos de los afloramientos basálticos que conforman los jardines de la casa y que se prolongan por la margen derecha del barranco de Los Gomeros existen varios paneles de grabados rupestres, de adscripción cronológica imprecisa, que quedan integrados en el Bien de Interés Cultural.

La delimitación del ámbito de protección se justifica por la necesidad de establecer un entorno que englobe la totalidad del inmueble, incluyendo el espacio libre que desciende hasta el eje del conocido como barranco de Los Gomeros.

las claves

En 2007 el Cabildo adquirió la casa y los terrenos por unos 900.000 euros para acometer su conservación, rehabilitación y puesta en uso. En diciembre de 2010, la Corporación insular firmó un convenio con Fomento, que se comprometió a aportar 1,5 millones de euros del presupuesto total de 2,7 millones, de los que sólo libró 750.000 en 2012. En febrero de 2011 se presentó el proyecto, con un plazo de ejecución de 8 meses, para consolidar estructuras y cubiertas. En verano de 2011 se comenzó a ejecutar la primera fase del proyecto, en la idea de que a medida que se fuera recibiendo financiación se completaría la rehabilitación en sucesivas fases.