Hay textos en los que resulta posible leer entre líneas, pasajes que esconden mensajes capaces de superar las situaciones y los problemas más mundanos para trasladarnos, casi por arte de magia, hacia el terreno de lo oscuro y lo esotérico: hasta el más allá.

Esta particular lectura se percibe como un latido constante en documentos, como es el caso del reglamento sobre cementerios y servicios funerarios municipales que aprobaba en fechas recientes la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de La Laguna.

Y es que lo que en principio representa una serie más de reglas que se ordenan con el fin de regular los comportamientos de los miembros de una comunidad y que, desde su perfil coercitivo, establece sanciones por el incumplimiento de estas normas, acaso encierra otras dimensiones que no son exclusivamente las de una buena y apacible convivencia.

El hecho es que el citado reglamento pone el acento básicamente en "exorcizar" aquellas prácticas de brujería y magia negra, amén de otros rituales oscuros, de las que se han constatado episodios recientes en el municipio.

Este "manual" contiene las causas que serán objeto de las preceptivas sanciones y también establece las correspondientes cuantías por su incumplimiento, que serán de aplicación real una vez el reglamento cuente con la confirmación y los parabienes del Pleno del Ayuntamiento de La Laguna-

Entre estas situaciones, el reglamento contempla, por ejemplo, la imposición de multas por realizar "inscripciones, pintadas o adherir publicidad o cualquier objeto" en los elementos del mobiliario, instalaciones o servicios de los cementerios. Y también se prohíbe la entrada de cualquier tipo de animal a los camposantos -salvo aquellos que acompañen a invidentes-, lo que se relaciona directamente con la práctica habitual del sacrificio de sangre con animales en los rituales (gallos, pollos, palomas, etc.).

Además, y para preservar el derecho a la intimidad de los usuarios de los cementerios y de los que allí descansan, se prohíbe la toma de imágenes de "lápidas, recintos e instalaciones funerarias". Pero no solo se censuran las imágenes, tampoco se permiten "dibujos, pinturas, películas o cualquier otro medio de reproducción", con la intención de evitar que estos documentos gráficos puedan "vagar" por las redes sociales y despertar oscuros pensamientos.

Por supuesto, la inhumación y exhumación de cadáveres o restos óseos sin la pertinente autorización acarrea sanción, amén de las correspondientes responsabilidades penales.

Lo cierto es que más allá de la libertad ideológica o de culto, este reglamento manifiesta un evidente espíritu "exorcista".