La sensación que tiene gran parte de la sociedad sobre los grafiteros la resume Erik Air: "Al principio eres un golfo más". Sin embargo, cuando el acto rebelde se convierte en modo de vida, todo cambia.

Así lo han hecho Samuel Suárez y Erik Air, dos jóvenes que, desde hace cuatro años, se dedican al grafiti profesional, es decir, a cobrar por imprimir su arte allá donde sean requeridos a través de la empresa The Airworks.

Y el Ayuntamiento de La Laguna ha sido uno de los que han querido contar con sus servicios. Desde hace un tiempo "decoran" los contenedores de ropa y calzado usado que hay repartidos por toda la ciudad. De los 90 existentes, ya han dejado su sello en unos 70.

Pero también han trabajado en locales particulares. Dos de sus grandes trabajos son el Mounty Café-Bar y The Walk and Trail Shop, dos establecimientos en los que no solo han imprimido sus creaciones artísticas, sino que también han contribuido con otros elementos a completar su decoración.

Con la calle como escuela -ninguno de los dos tiene estudios específicos de pintura-, Samuel y Erik prefieren hablar del grafiti "como un arma antigrafiti". ¿Por qué? Porque el acto vandálico molesta. Por eso abogan por que sus creaciones se hagan sin molestar a nadie. En definitiva, legales.

"No vamos con capucha. Hacemos un trabajo", apunta Samuel. "Entonces, ¿por qué escondernos si no hacemos nada malo?", se preguntan. Una filosofía que les gustaría que calara en el resto de artistas callejeros que usan la otra vía. "Esto no es un acto de rebeldía. Nos gusta pintar y para crear buenas cosas se necesita un ambiente cómodo", dice Erik, quien considera que la "americanización" del grafiti les ha hecho daño.

Es decir, que su obra es del sitio en el que viven, en este caso, Tenerife. "Esto no es el Bronx; las cosas se deben dar acorde con el entorno", enfatiza.

Y como anécdota de este tiempo en el que trabajan como profesionales, Samuel cita el intento de un guardia de seguridad de un parque municipal para que la policía lo multara. "Al final, esa misma persona me terminó contratanto para un trabajo", recuerda.