En apenas ocho días, el próximo viernes, la Catedral de La Laguna estrenará deán. Tras dieciséis años, Julián de Armas dirá adiós al máximo órgano de gobierno de la Catedral.

Aunque los mandatos son de cuatro años, con posibilidad de renovación por otros cuatro, De Armas agotará la que ha sido una excepción, motivada en gran parte por todo lo acontecido con la larga reforma del edificio. Su continuidad fue una petición expresa de los canónigos -miembros del clero catedralicio-al Obispado y al Vaticano.

La elección del nuevo deán se producirá el día 26, en una votación que requerirá mayoría absoluta -si no la hay habrá que votar varias veces-, aunque no se conocerá hasta unos días más tarde quién ha sido el elegido. Por lo menos oficialmente.

¿Por qué? Los resultados se le comunicarán por carta al obispo, Bernardo Álvarez, quien deberá ratificar la decisión de los canónigos.

Teóricamente -siempre ha sido así-, el elegido por los miembros del Cabildo Catedral será apoyado también por el obispo, quien, no obstante, tiene la posibilidad de rechazar la elección.

Y aunque, en principio, el sustituto de Julián de Armas podría ser cualquiera de los otros quince canónigos que forman el clero catedralicio, son varios los nombres que se barajan para sustituirlo.

Autodescartado Juan Pedro Rivero (director del Seminario), quien en una entrevista publicada en este periódico rechazó esta posibilidad "porque ya tenía bastantes calderos al fuego", otros dos canónigos suenan con fuerza: Domingo Navarro (Vicedeán-Catecumenado) y Daniel Padilla (Patrimonio).

Navarro es el vicario general (el número dos de Bernardo Álvarez) y moderador de la curia. Precisamente, a su favor tiene la fortaleza que posee en la curia local, mientras que le resta posibilidades el otro cargo de relevancia que desempeña, el de vicario general.

Mientras, Padilla se antoja como el aspirante del cambio. Vicario judicial del Obispado, también fue, en su momento, vicario general y moderador de la curia, dos cargos de los que fue apartado para pasar a predicar en Finca España. Era la época en la que se elegía al nuevo obispo.

Años más tarde, Padilla (con raíces gomeras) fue nombrado canónigo, después de pasar un periodo en Roma estudiando.

Junto a ellos forman parte del clero catedralicio Prudencio Redondo (maestro de Capilla-Ecónomo-Capellán de altar y coro); Luis Pérez y Pérez (maestro 1º de Capilla-Secretario); Mauricio González (arcediano); Vicente Cruz (penitenciario); Cristóbal Pérez (lectoral); Ismael Rodríguez (chantre); Juan Cirilo Pérez (organista 1º); Manuel Bethencourt (maestro de Capilla 2º-Vice-penitenciario); José González (bibliotecario); Jorge Fernández (maestro de Ceremonias-Prefecto de Liturgia); Juan Pedro Rivero (archivero); Diego Carmelo Rodríguez (salmista); y Norberto Hernández (mayordomo y económico).