P.P.P.

Se llama Adelina de León y tiene 83 años. Usuaria del Complejo Deportivo El Polvorín de Taco, el pasado día 29 de octubre, sobre las 18:55 horas, se accidentó al entrar al ascensor de la instalación porque tenía un escalón. Tal fue la caída, que se produjo un fuerte golpe en la cabeza y una fractura del radio de la muñeca izquierda.

Pero esto es solo el inicio de la pesadilla que duró ocho días, ya que los familiares y la afectada denuncian que a partir del accidente las trabas para la atención médica de Adelina fueron constantes. Finalmente, la intervención del ayuntamiento lagunero a través del Organismo Autónomo de Deportes fue decisiva para que fuera atendida correctamente de un accidente que le ha costado una rotura de radio en su mano izquierda, además del golpe.

Pero por el camino, curvas, y muchas... Señala su hija, María Fandiño, que "tras el accidente la desvían a Hospiten con un parte de comunicación de accidentes personales de la compañía Mapfre Vida, con el número de póliza 055-6080222858, en el que se reconoce el accidente que se produjo en el ascensor del centro, que no bajó del todo, golpeándose la cabeza y el brazo izquierdo, dificultando su movilidad. Eso es lo que pone el parte".

"Se le hizo un TAC en la cabeza y una radiografía en el brazo en el que se detectó que tenía una fractura de radio. Me escriben un informe de alta para una próxima consulta prevista para el día 4, pero al día siguiente, el día 30, Mapfre me envía un correo diciéndonos que el seguro contratado para asistencia médica solo cubría la primera consulta", señaló.

María, que no creía lo que pasaba, se puso en contacto con la Dirección del Complejo Deportivo de El Polvorín y logró hablar con el gerente. "Él señaló al principio que se debía todo a un error. Más tarde reconoce que no, que el seguro solo cubre la actividad deportiva y no otras derivadas y me dice que vaya por la Seguridad Social y que le presente las facturas de las consultas y las actuaciones médicas que tenga mi madre".

Reconoce la hija de la afectada que en este punto creció la indignación, por lo que se pone en contacto ahora con el gerente del Organismo Autónomo de Deportes (OAD), cuyo responsable le comunica que "el ayuntamiento no tiene responsabilidad en este asunto y que intermediaría con la empresa".

Desde ese momento, la atención sanitaria la intenta tener por el Hospital Universitario de Canarias (HUC), lugar en el que le dan un documento de compromiso que tendría que firmar la empresa que gestiona El Polvorín para evitar el pago de la asistencia, "por lo que volví a El Polvorín para obtener la firma y puedan atender a mi madre. La sorpresa llega cuando no lo firma y solo se queda con una copia porque dice que sus servicios jurídicos tienen que estudiarlo y que me llamarían porque veían que el responsable podría ser la empresa de los ascensores".

Finalmente, el jueves al mediodía María recibió una llamada en la que la empresa gestora del complejo deportivo de Taco confirmaba que se hacía cargo de los gastos de especialización y una primera consulta para el lunes, "una gestión realizada por el OAD que le ha hecho ver a la empresa que tiene corresponsabilidad en la atención especializada de la señora", explicaron fuentes del ayuntamiento.

Alegría porque al final se ha arreglado todo, "pero se podían haber evitado toda esta pesadilla", concluyó María con satisfacción.