La sala de fiestas Juanito, en el kilómetro 2 de la carretera de La Esperanza, ha cerrado sus puertas, al menos temporalmente. Durante 33 años, este local ha sido referente para muchas personas de diferentes generaciones que disfrutaban y disfrutan con la música de orquestas y grupos.

La noticia fue conocida por parte de su clientela a las 2:30 horas del pasado domingo. La última responsable de su explotación, Ángeles Martínez, afirmó ayer que está orgullosa del cariño mostrado por los clientes, así como de haber cambiado el perfil de la clientela en los últimos años, apostando más por los matrimonios que disfrutan bailando.

Al propietario del local, Juan Antonio Ramos Pérez, se le escapan las lágrimas al hablar de la trayectoria del recinto y del agradecimiento que le profesa a clientes y músicos de toda la isla. Y tiene el apoyo de su familia para seguir adelante con este proyecto de hace más de tres décadas. En un viaje a Madrid hace 33 años a un curso sobre embutidos, se le ocurrió entrar en una sala de fiestas cerca de la Gran Vía, "La Carroza". Y pensó que el enorme salón que poseía cerca de Montaña La Mina podía dedicarse a lo mismo. Dos semanas después, volvió a la capital con su excuñado y amigo para analizar el negocio. Y así empezó todo. Explica que, durante las primeras décadas, el recinto funcionó con mucho éxito. Opina que, de los últimos cuatro años, no puede decir lo mismo. Está orgulloso de que, gracias a esa sala, ha podido criar y dar formación a sus siete hijos. Y estos son su principal apoyo para creer en el proyecto.