Dieciocho años hace que comenzó parte del calvario que, todavía hoy, viven Teresa de los Ángeles Melo Pérez y su familia. Todo ese tiempo -desde 1997- lleva esta lagunera de San Bartolomé de Geneto luchando para que el Ayuntamiento de La Laguna le pague un pequeño trozo de terreno (122 metros cuadrados), localizado en el final de la calle Guacimara, del citado barrio.

Heredado por su marido, ya fallecido, el Consistorio lagunero se hizo con esta propiedad en el año 1997 para rematar el saneamiento de esta zona. En este espacio se construyó una vía (transversal de la calle Guacimara), a cuyos lados se han edificado varias viviendas que cuentan con todos los servicios públicos.

A lo largo de todo este tiempo, y un poco a la desesperada, Teresa se ha reunido con distintos miembros de la Corporación lagunera, entre ellos el ahora alcalde, Fernando Clavijo, y el concejal de Hacienda, Antonio Pérez-Godiño.

Todo ello, unido a las constantes gestiones que, sobre el mismo asunto, ha venido realizando durante estos años su hijo. Sin embargo, los intentos de uno y otro no han tenido, hasta el momento, resultados positivos.

¿Por qué? Aunque para ambas partes la resolución del conflicto sería sencilla -según la versión de cada uno-, lo cierto es que la realidad demuestra lo contrario.

Fuentes municipales reconocen que el terreno en litigio se utilizó para completar un equipamiento público. Por ello, y tras iniciarse el expediente derivado de la reclamación de los afectados, en 2008 se hizo una tasación que valoró en 38.000 euros la propiedad. Una cantidad relativamente pequeña si se tiene en cuenta el presupuesto municipal.

No obstante, las mismas fuentes precisan que para proceder a abonar ese dinero los propietarios deben acreditar la titularidad de la parcela -a través del registro de la propiedad-, una cuestión que, según el Consistorio, no han podido resolver. Es por eso, aclaran estas fuentes, que el expediente no se ha podido finiquitar.

Opinión contrapuesta a la que defiende la familia afectada. A su juicio, son suficientes los documentos presentados, en diversas ocasiones, en la Gerencia de Urbanismo.

Entre ellos figuran las hijuelas que certifican la titularidad de la finca original -una amplia extensión de tierra entre las carreteras de San Bartolomé y San Miguel de Geneto-, propiedad de la suegra de Teresa, Luisa Díaz Ramos, y que datan del año 1947, y otras hijuelas del año 1991 -con sello de funcionario público-, que acreditan la propiedad de la parcela en litigio desde 1997.

Ni unas ni otras han servido, por ahora, para que Teresa y su familia puedan cobrar del ayuntamiento. Pero ya advierte de que no dejará de luchar por ello, al entender que no tiene por qué demostrar la titularidad de algo que es suyo.