Cuarenta años en Taco dan para mucho. Tanto como para hablar con propiedad de la evolución de un barrio que, en su momento, fue el motor económico de La Laguna. Y de él formó parte, hasta hace bien poco, la carnicería Hermanos Mejías, propiedad de Emiliano Mejías (Michu en el barrio).

Michu colgó los cuchillos hace apenas un mes y medio, cuarenta años después de haberse puesto al frente del conocido establecimiento ubicado en plena avenida de Taco.

Primero lo hizo junto a su padre, jubilado en los años 80; más tarde con su hermano Mario, que pasó hace tres años a la "reserva"; y finalmente acompañado de su inseparable esposa Juana (para los vecinos, Chicha) y otros familiares.

Estudiante de Comercio en su juventud, titulación que dejó inacabada -solo le faltaron cuatro asignaturas porque se fue al cuartel-, Michu conoció y vivió en primera persona la explosión comercial y de población que experimentó Taco. Un evolución que recuerda con cierta añoranza. "Taco tenía industrias de todo tipo. Todo el trabajo estaba aquí. Fue lo máximo", subraya.

Eran los años en los que también abrieron en la avenida de Taco y su entorno otros establecimientos muy conocidos en el barrio como la empresa Vultesa, la churrería Tomás o el torno-taller San Cristóbal. "Y otras ventas pequeñas que ya han desaparecido", precisa Emiliano.

Corría, por ese entonces, la década de los 60. "Fueron unos años muy buenos. Aunque también lo fueron los 80", enfatiza Michu. Luego llegó el retroceso. "Con la apertura de las grandes superficies bajó el comercio minoritario. Aquí no tenemos las comodidades de ellos", añade.

Y la puntilla para el comercio de la zona la puso el tranvía. "Sabían que iba a ser negativo. Tal vez debieron hacer una ramblita Taco-La Cuesta", precisa.

Pero la vida de Michu no ha estado vinculada solo a la carnicería. Procedente de una conocida familia de luchadores (los Mejías), Emiliano, natural de El Rosario pero afincado en Taco desde los tres años, también ha tenido una estrecha relación con la lucha canaria.

Durante 20 años fue luchador del Tacuense. Más tarde comenzó su etapa como entrenador en el San Matías, y acabó su carrera, hace unos tres años, como mandador del equipo que nació de la fusión de ambos, el San Matías-Tacuense. Gran parte de su familia

Ahora, aunque jubilado, sigue enfrascado en el papeleo de la carnicería -rehaciendo la contabilidad porque se le estropeó el ordenador-, y a la espera de que lleguen unos familiares de Venezuela para definir una herencia.

Porque la carnicería Hermanos Mejías puede que vuelva a abrir algún día. De hecho, ya ha habido algunos interesados en el negocio, pero detrás del mostrador ya no estarán ni Michu ni Chicha.