Anoche procesionó la imagen del Ecce Homo -más conocido por los devotos como el Señor de la Cañita-, que, acompañado por la Hermandad de la Sangre de Cristo y de la Santa Cruz, causó el más intenso silencio a su paso, oyéndose algún grillo lejano y el característico sonido de los zapatos arrastrándose ruidosamente contra el asfalto de la calzadas del casco antiguo de La Laguna.

La talla, obra del imaginero orotavense Ezequiel de León, es una de las más impresionantes de la Semana Santa lagunera por la crudeza de las heridas y el dolor que representa. Está basada en otra obra original que sucumbió a las llamas que destruyeron la iglesia de San Agustín en el año 1964.

Junto a esta sagrada imagen de Cristo, también salieron en la procesión del Miércoles Santo La Verónica y la Santa Faz, obra también de Ezequiel de León; Nuestro Padre Jesús Nazareno, talla de Casa Basilio de Valencia y que data del año 1901, y Nuestra Señora de la Soledad, una imagen tallada por el artesano José Rodríguez de la Oliva y que data del año 1965.