Tenía que ocurrir y volvió a suceder. Nuevamente, hace unos días, unos desconocidos forzaron uno de los laterales del edificio de Mesa Mota que se encuentra completamente cerrado, y volvieron a entrar y, como no podía ser de otra manera, volvieron a hacer destrozos de distinta consideración, aunque bien es cierto que por romper queda algo, pero relativamente poco.

Así lo denunciaron ayer vecinos y usuarios que diariamente suben a lo alto de la atalaya lagunera, que a pesar de estar prohibida la entrada al espacio por existir peligro de desprendimiento de ramas y árboles tras el temporal de viento de noviembre, acceden con el objetivo de hacer deporte, ya sea corriendo o con bicicleta.

Y no solo eso. Si el pasado 3 de marzo se denunció la desaparición de la barrera de acceso al espacio, ayer la misma se encontraba inutilizada debido a que el peso y los anclajes de seguridad de la barra metálica que impedía el paso estaban sencillamente rotos. Esta incidencia, según explicó uno de los denunciantes, se produjo hace al menos una semana.

Con la barra bloqueada por su propio peso, uno de los laterales se ha limpiado y aplanado para permitir el paso, espacio por el que las personas y algún vehículo, como pudo comprobar EL DÍA, pueden subir sin ningún tipo de dificultad.

Arriba, nuevamente unos desconocidos entraron hace unos días justamente por donde se reforzó el perímetro para evitar nuevas entradas al edificio.

En esta ocasión, los gamberros tomaron como blanco de sus iras los cristales de las pocas ventanas que todavía no estaban rotas. Justamente, hay una cristalera rota que parece ser fue tirada desde el segundo piso. Frente al pasillo exterior donde quedó tirada la cristalera se encuentra una de las láminas de aluminio que ya fueron forzadas en anteriores ocasiones, quedando al aire los refuerzos y anclajes que fueron utilizados.

En el interior, más de lo mismo. Persianas más rotas todavía, paredes con huecos más grandes, placas del falso techo y la gran novedad, cristales rotos por todas partes, un auténtico peligro para los perros de Protección Civil que utilizan este inmueble para entrenarlos.

Pasa el tiempo y todavía el Ayuntamiento de La Laguna está preparando un pliego para sacar a concurso la concesión del edificio. En esa documentación, la empresa adjudicataria tiene que asumir la reparación del inmueble, estimada en 600.000 euros, aunque puede tratarse de una cantidad inferior.