En el puzzle político lagunero empiezan a encajar las piezas. O, al menos, ya hay candidatos para llenar los huecos que darían la mayoría suficiente para hacer gobernable el ayuntamiento, después de los resultados que dejaron las urnas el pasado domingo.

Coalición Canaria (CC) y PSOE parecen "condenados" a entenderse de nuevo -ya lo hicieron durante los últimos cuatro años-, sobre todo porque del éxito de su acuerdo depende, a su vez, la viabilidad de un alianza regional. Y no al revés, como ha ocurrido en otras ocasiones donde los acuerdos viajaban de arriba hacia abajo.

Por si había alguna duda al respecto, el secretario de Organización de CC, José Miguel Ruano, dijo ayer que su formación no tolerará agresiones en La Laguna, en relación a la posibilidad de que los socialistas se sumaran a un pacto de izquierdas con Unid@s se Puede y XTF-Nueva Canarias. Un claro aviso a Javier Abreu, líder del PSOE lagunero.

Diversas fuentes consultadas ayer dieron por hecha la reedición del pacto entre nacionalistas y socialistas para los próximos cuatro años, un acuerdo que se extendería también a otras instituciones del Archipiélago.

Este acuerdo no solo permitiría a CC mantener la ansiada Alcaldía lagunera, sino que también ofrecería al PSOE la posibilidad de continuar, y ampliar, la labor realizada desde 2011 en el municipio. Se descarta, por tanto, la posibilidad de una Alcaldía rotatoria.

Claro que, en el caso de La Laguna, la unión de ambas fuerzas no da la mayoría suficiente para manejar el consistorio, pues entre ambos partidos solo suman doce concejales, dos menos que la mayoría absoluta.

¿Quién sería pues el tercero en discordia? Aunque también ayer CC y PSOE, en el ámbito regional, dejaron entrever que sería Ciudadanos el bastón en el que apoyarse en aquellas instituciones en las que no den las matemáticas, el caso lagunero parece alejarse de esta vía.

O así, por lo menos, lo aseguraron estas fuentes, que señalaron al PP que lidera Antonio Alarcó como la formación que se sumaría a CC y PSOE para dar estabilidad suficiente a un ayuntamiento clave para la gobernabilidad del Archipiélago.

Esta posibilidad coincide con lo que ha venido manifestando el candidato conservador tanto durante la campaña como estos últimos días, en el sentido de que colaboraría "siempre" para que el ayuntamiento sea "gobernable", pero sin hablar de puestos y con una líneas rojas "que nunca se pasarán".

La alianza a la que parece abocado el consistorio lagunero se antoja como un muro de contención para la sorpresa de estas elecciones, Unid@s se Puede, cuyo candidato a la Alcaldía, Rubens Ascanio, dejó claro desde el primer momento que no contemplaba acuerdo alguno con nacionalistas y populares.

De cerrarse esa alianza con un tripartito se confirmaría, además, el presagio expresado por el propio Ascanio estos días, en el sentido de que estas tres formaciones se unirían para evitar el avance de la "nueva política".