Impotencia e indignación total. Esos son los sentimientos que recorren a Manuel Figueroa y a su familia después de que el domingo pasado nuevamente la decoración, los portaflores y los detalles de la lápida de su hijo fueran "robados" de su lugar de descanso, en el cementerio de San Luis.

"Jacob falleció hace dos años. Todos los domingos y algunos días entre semana les llevamos flores y limpiamos y cuidamos la lápida. Y otra vez el domingo pasado ocurrió. El posaflores desaparecido y los regalitos y los detalles que le han regalado a mi hijo ya no estaban, y vuelta a empezar. Otra vez todos destrozados", explicó Manuel casi con lágrimas en los ojos.

Lo de menos es el valor del aplique, sino la falta de respeto a un ser querido, "un hijo bueno que ya no está entre nosotros. Esto es muy duro. Ya hace un tiempo mi hija tuvo un desmayo y tuvo que ir al cementerio una ambulancia. Esto está siendo bastante duro para todos nosotros. Llegó y pasó lo mismo. Los detalles habían desaparecido".

Señaló que "ya no se trata de las cosas que nos están pasando a nosotros, sino a muchas personas. En la lápida de al lado también ha ocurrido. Hablas con el personal y te dicen que es normal... ¿Qué pasa entonces?", se preguntó.

Lo que tiene claro es que "los indeseables juegan con el dolor ajeno y desde el servicio del cementerio no se hace nada. Lo que han hecho es poner cámaras en la parte baja, allí en el aparcamiento, pero por la parte alta no ponen ningún tipo de vigilancia", dijo Manuel.

Destacó que el personal del campo santo es consciente de lo que ocurre y que no puede hacer nada porque tiene labores de manteniendo. Por aquí arriba casi nadie pasa, solo familiares que ven cómo las cosas de sus seres queridos desaparecen semana tras semana".

Por su parte, el responsable del área de Servicios Municipales, Javier Abreu, lamentó los incidentes "que siempre producen algunos indeseables" y recordó que se ha incrementado la seguridad en los cuatro camposantos del municipio.

Abreu dijo que "no se puede instalar cámaras en todos los pasillos porque la gente tiene derecho a la intimidad con sus seres queridos y eso lo respetamos. El que hace esto no tiene moral y no hablamos de que sean niños y sea una trastada, sino lo normal es que quiten de un lado para ponerlo en el otro", dijo para concluir.

Hace unos meses, el Ayuntamiento de El Rosario se vio obligado a poner cámaras en el cementerio de La Esperanza después de que se constataran pequeños robos en las lápidas del campo santo.