Otra vez las palabras "unanimidad" y "unidad" y como mensaje de cara al exterior del socialismo lagunero en el marco de la asamblea con afiliados auspiciada por el propio Javier Abreu con el objetivo de reforzar su posición (muy debilitada durante las últimas semanas tras su destitución de la delegación de Aguas en el Ayuntamiento de La Laguna) frente a la gestora de la Insular de Héctor Gómez y la estrategia de Patricia Hernández al frente del partido. Pero sobre todo ante Coalición Canaria (CC), el "enemigo" contra el que luchar en un pulso que, entienden, ha forzado su líder en Aguere, el actual alcalde José Alberto Díaz.

No obstante, tal y como ocurriera en la Ejecutiva celebrada el lunes, la cita de ayer en el hotel Nivaria, en la que estaba prohibida la entrada a los medios de comunicación, se lanzaron varios mensajes críticos contra la figura de Abreu, entre otros, por desoír el mandato de la Ejecutiva celebrada el pasado día 11, fecha en la que el propio Abreu la convocó de urgencia, tras su destitución de Aguas y en la que se acordó dimitir en bloque tras lanzar un ultimátum si no lo volvía a restituir... Y nunca se cumplió. No dimitió y a día de hoy sigue sin cartera de Aguas.

En la noche de ayer las bases se lo recordaron varias veces, aunque Javier Abreu siempre lo justificó como una estrategia a seguir que casi nadie entendió y, en alguna ocasión, insinuando la falta de apoyos de los estamentos superiores, los que sustentan el pacto regional entre el PSOE y CC. Y en esa idea se esmeró el exconcejal y actual diputado autonómico Gustavo Matos.

Varios de los afiliados presentes echaron en cara a la dirección del partido que no hiciera frente a los nacionalistas en las instituciones, acusándola de servilismo y sumisión ante CC en este importante momento de crisis. Eso sí, sin nombrar a nadie.

En esta situación Abreu se sintió cómodo, ya que el foco de atención no recayó sobre él, a pesar de dar marcha atrás y no dimitir como había prometido por mandato. Es más, señaló sin complejos que a pesar de su compromiso de dimitir, no abandonaría su posición en el gobierno municipal.

La presencia de pesos pesados e históricos del socialismo lagunero provocó en algunos momentos un "apagón" entre los presentes en lo que se entendió como un acto para amedrentar a los posibles críticos. A ello se sumó la existencia de una carta del secretario de Organización del PSOE, Julio Cruz, "prohibiendo" a los concejales dimitir.