Nació en julio de 1953 y en mayo de 1973, es decir, con menos de 20 años, voló por primera vez en solitario. Ese es el kilómetro cero de la dilatada carrera profesional de Manuel Luis Ramos, uno de los pilotos de aviación más conocidos del Archipiélago y que el pasado miércoles puso punto final (o y seguido, según como se mire) a cuatro décadas de aviación.

Nacido en La Laguna, ciudad en la que se crió y a la que está muy unido, Ramos se formó en la Escala de Complemento del Ejército del Aire, realizó 1.300 horas de vuelo en aeronaves militares e ingresó en Iberia en octubre de 1978. Según explica, aquella primera época lo llevó a volar por Europa, Oriente Medio y parte de África. De allí pasó a Binter Mediterráneo, Binter Canarias, Líneas Aéreas Navarras, Air Europa Express y, desde 1997, de vuelta a las Islas, primero a Binter (1997-2011) y, desde ese año, a Canarias Airlines.

Mirando en perspectiva sus años de vuelo, el comandante lagunero afirma que ha tenido suerte de no encontrarse nunca en una situación de emergencia, y sí con más de una anécdota. Recuerda sobre todo la del cazador que, en mitad de un vuelo a El Hierro, en la época en la que en los aviones se podían llevar roedores, se le escapó un hurón al que no fue fácil capturar y devolver al corcho.

Precisamente, Manuel Luis Ramos eligió que el pasado miércoles la Isla del Meridiano estuviese en sus últimos trayectos aéreos como profesional (Los Rodeos-El Hierro y vuelta), donde el Cabildo herreño lo homenajeó en un acto al que asistieron autoridades locales y en el que le regalaron una cesta de productos típicos y también una foto enmarcada.

Se abre ahora una nueva etapa para la que, según dice, ya tiene planes. Como no podía ser de otra forma, el mundo aeronáutico tendrá un peso especial en ellos. Y es que sacarse el título de piloto de avioneta es uno de los objetivos principales de Ramos en este cambio de vuelo.