Francisco Haro decidió anteayer llevar a los tribunales el proceso electoral que durante las últimas semanas ha sacudido la federación de asociaciones vecinales de La Laguna (FAV Aguere). Presidente de este colectivo durante los últimos tres años, hasta la mañana del pasado jueves celebraba la "tranquilidad" y "liberación" que le producía dejar el cargo, pero los mensajes que le enviaron sus compañeros de candidatura le hicieron replanteárselo: "Me dijeron que no teníamos por qué perder nuestros derechos", afirma.

No han sido unos comicios fáciles; tampoco para Paco Haro, como es conocido. "Por un lado, nunca entendí la presión de hacer unas elecciones en plenas Navidades, lo que me ha desgastado bastante, porque tenía que atender temas familiares con todo un proceso electoral muy complicado; por otro, perdimos por un solo voto cuando se hizo un mal uso de una de las delegaciones", destaca quien antes fue vicepresidente y vocal de esta federación y que ha pertenecido a colectivos sociales de distinto tipo.

"El enemigo no son los políticos; el enemigo, precisamente, somos nosotros mismos", sorprende al ser preguntado por las imbricaciones entre la política y el asociacionismo vecinal, que, a su juicio, han de tener una relación de "colaboración" y de "corresponsabilidad". "Creo que es un error volver a los modelos reivindicativos de mitad del siglo XX. Quizá, la relación entre los colectivos y la política se producía de esa forma al faltar muchas infraestructuras en los distintos barrios, pero ahora las estructuras que se necesitan ya no son tanto de carácter material, sino personales, carencias sociales", opina al respecto el dirigente.

¿Y cómo ha visto lo que ha ocurrido durante los últimos días? "Aquí se ha perdido la credibilidad de la federación", arranca. "Por un lado, al entrar dos planchas enfrentadas entre sí ideológicamente: una quería el progreso hacia un modelo más de participación social y la otra, volver al modelo reivindicativo, y claramente se puso de manifiesto en las elecciones, donde hubo una fractura del 50% hacia una y hacia otra. Por otra parte, todo el proceso mediático que ha ocurrido también le ha dado una estocada que la ha dejado herida", reflexiona un representante vecinal que no descarta que unas votaciones tan polarizadas puedan afectar al futuro de la FAV Aguere.

Afirma defender la "presunción de inocencia" a la hora de abordar el conflicto entre la concejala de Ciudadanos (C''s) Teresa Berástegui y sus contrincantes, pero agrega: "Personalmente no hubiera ido a ninguna reunión ni hubiese planteado nada a Teresa ni a nadie, con lo cual hubiera quedado eso [la pregunta que iba a hacer la edil] diluido en un punto del orden del día del pleno".

Aunque tras la denuncia que ha comentado que presentará no está claro lo que acabará ocurriendo finalmente -asegura que un abogado le ha dicho que sus objetivos de que se repitan los comicios son "viables"-, Haro se siente "orgulloso" de haber empezado un cambio en la FAV Aguere y de conseguir que La Laguna fuera "ciudad educadora". "Solo con educación y formación es como verdaderamente se puede avanzar y generar empleo", resalta antes de apuntar que la culminación de ese "proceso de revolución" de esta federación estaba prevista para el segundo mandato.

Sobre las conexiones vecinos-política, uno de los focos de atención en las últimas fechas, el hasta ahora presidente señala que sí que hay un sector político que cree que puede influir en las asociaciones, si bien, precisa, esas vinculaciones eran más habituales en la etapa anterior a los últimos avances tecnológicos, que han acabado, al menos en parte, con los líderes vecinales como "altavoz" del pueblo y de los políticos. En cuanto a su experiencia personal, asevera que nunca ha pertenecido a un partido y que tampoco ninguno se lo ha llegado a plantear. "Yo he ido a marcar lo que quería para el barrio y para los colectivos, y punto; no iba en ningún caso más allá para que me ofrecieran", plantea.

"Nuestra candidatura iba con la idea de propiciar el relevo con gente joven. De esta nueva junta, la mayoría son los que han estado toda la vida. Por lo cual, supongo que la federación continuará haciendo lo que hacía antes o lo que se hacía toda la vida". Así se expresa Francisco Haro sobre si, finalmente, Francisco Barreto y su equipo son los que pasan a gestionar la FAV Aguere.

Ese planteamiento engancha con la idea que del asociacionismo en su conjunto tiene el dirigente. "No creo que tenga mucha salud", dice. "La mayoría de las juntas directivas son las mismas caras y personas de hace 20 años. No hay relevo, salvo excepciones. A las asambleas la gente no va. Entonces, están surgiendo otras plataformas, otras formas de participar", expone en un análisis casi sociológico.

Sin ambages, también plantea que muchas asociaciones son "personalistas". "El presidente de toda la vida, y de ahí no se quita, y ya está", remacha. "Le exigimos al político un máximo de dos mandatos, que no permanezcan mucho tiempo en sus cargos y, sin embargo, en los movimientos vecinales o sociales, lamentablemente, no ocurre eso", comenta en mitad del que acaso sea el momento de mayor tensión de la historia de la FAV Aguere.