La Laguna también tiene su particular "mamotreto", o así lo denuncian vecinos de varios ámbitos de la ciudad refiriéndose a la nueva estructura del edificio de reposición de El Centurión, que va cogiendo forma y queda resaltado en la panorámica de la ciudad desde casi cualquier punto de vista. En este caso aseguran que el impacto visual del que será el nuevo edificio es notable y que ni mucho menos se adapta a las alturas que tienen las construcciones del entorno.

Se trata del enclave de San Honorato y estas obras responden a la solución para la urbanización de Francisco Javier Centurión, que fue declarada en ruina por los riesgos que entrañaba en 2006 y desalojado por completo durante el ejercicio 2012. En febrero comenzaron las obras de reposición del nuevo edificio y de forma paralela se procedió a la demolición total de la antigua edificación de la calle Sol.

Fue el comienzo del final de una historia que terminará felizmente para los vecinos que vivían en El Centurión, que ven como sus nuevas casas ya están en el aire. Nadie como ellos puede describir las condiciones en las que vivían.

Pero como siempre, nunca llueve a gusto de todos. Si bien los más afectados directamente están muy contentos, un grupo de vecinos de distintos puntos del municipio, y alguno de ellos vinculados a colectivos vecinales, denuncian el impacto visual que produce un edificio de esta magnitud en una zona en la que el resto de estructuras quedan muy por debajo. En este caso, sus ocho plantas sobre rasante, más dos inferiores, resaltan en un lugar en donde la construcción más alta alcanza, como máximo, las cuatro plantas.

"Es el nuevo mamotreto de la Isla y está en La Laguna. Es un edificio que se puede ver desde todos los puntos del municipio", aseguraron indignados los denunciantes, que pusieron en duda, incluso, que este "mamotreto" pueda estar contemplado dentro del Plan General de Ordenación (PGO), que solo permite un máximo de tres alturas, recuerda.

Lo cierto es que la nueva estructura es visible de casi cualquier punto del casco. Desde San Roque, El Bronco-Lomo Grande, Mesa Mota o Los Baldíos... "Es que desde todos los puntos es desagradablemente visible y ese impacto visual se lo podían haber evitado haciendo una planificación mucho mejor en un entorno en el que no caben las siete plantas más el bajo que tiene el edificio", dijo otro de los convocantes.

Por su parte, fuentes del ayuntamiento aseguraron que la construcción es legal y cumple la normativa, destacando que el único impacto visual es el de construirse en un solar que llevaba más de 30 años vacío.