Las moscas de Tejina, las palomas del barrio de La Candelaria y las pulgas -que al final no estaban, pese al impacto que tuvieron en las redes sociales- de San Matías. A las últimas plagas laguneras se une un nuevo capítulo de ratas. Varios vecinos de San Benito alertaron ayer de la presencia de estos roedores en una casa en ruinas ubicada en la confluencia del camino Margallo y la calle José María Barcells, cerca de la iglesia del barrio.

Concretamente, se trata de un inmueble que, explicaron residentes de la zona, lleva abandonado desde hace años, como prueba la imagen que se aprecia a través de una de las ventanas de la fachada: un techo del que ya solo quedan las vigas, unas planchas plásticas por el suelo, algunas grietas en las paredes, lo que fueron unas conejeras y otros objetos inservibles. Mientras, en la trasera de la construcción sobresale un parral entremezclado con arbustos.

Lo anterior es el origen de la queja de los afectados. "La suciedad que hay dentro de la casa es lo que hace que haya ratas", sostuvo uno de los denunciantes, que aseguró que en varias ocasiones ha visto roedores en las inmediaciones, especialmente bajando por el enrejado sujeto con puntales que da a la calle José María Barcells.

Según las consideraciones vecinales, más que la situación actual les preocupa que el fenómeno vaya a más, y pusieron como ejemplo que todo empezó como un caso de abandono y que, a medida que ha ido transcurriendo el tiempo, el problema ha crecido. "La mala imagen de la casa, la ventana rota, las hierbas que han ido saliendo por detrás...", indicaron.

Preguntado al respecto, el concejal lagunero de Sanidad, Zebenzuí González, señaló ayer que no tenía conocimiento del caso, pero se comprometió a actuar desde que tenga más datos. También incidió en algo a lo que ya se ha referido en otras ocasiones: "Si los vecinos mandaran la queja al ayuntamiento en vez de a los medios, se podría hacer algo antes".