Los vecinos de la calle El Embudo ya están cansados de sufrir día tras día los inconvenientes de vivir en una calle sin salida y próxima al colegio Cisneros, que está radicado en el ámbito del Camino La Piterita.

Y no porque estén en contra del centro escolar, ni mucho menos, sino porque durante el periodo escolar aguantan una invasión de coches de tal magnitud que ha generado muchísimos problemas de convivencia entre los vecinos y los visitantes, que han asumido esta calle como desahogo para el aparcamiento de sus coches, invadiendo lo que se supone que es una zona peatonal.

Una vez que ha acabado el curso escolar, y ya libres de la tortura de coches hasta el próximo mes de septiembre, los residentes de El Embudo reclaman la mejora integral de toda la calle con la creación de aceras, y sobre todo que estén dotadas de pilonas para evitar que aparquen en las puertas de sus casas.

Esa queja ha sido recogida por la AV Betenjuí de La Piterita, cuyo presidente, José Antonio Tarife, ha demandado al Ayuntamiento de La Laguna esa actuación integral que desean los vecinos: "Es de justicia, lo que no puede ser es que se vivan situaciones como que los propios vecinos de la calle no puedan salir de sus casas porque tienen aparcados un coche en su puerta".

Así se lo ha transmitido al alcalde José Alberto Díaz, que hace unos días se reunió con Tarife junto a otros representantes de la AV La Ratona de Valle Tabares para tratar asuntos comunes. En ese foro se buscó una solución a lo que sufren los vecinos día a día. La misma viene determinada "por la rehabilitación de la calle, la creación de un pequeño acerado y la colocación de pilonas para evitar que los coches se monten sobre ella e impidan a los vecinos salir de sus casas. Ya está bien", señaló con cierto disgusto.

Pero el presidente de la AV Betenjuí tiene muy claro que la creación de una acera en condiciones a lo largo de la calle quita el sueño a los vecinos. También el estado en el que se encuentra la propia vía.

Llamó la atención sobre dos enormes socavones que existen casi al principio de la calle y "que convierten el paso en una tortura, principalmente para las personas mayores. Al final no hay aceras y el asfalto está mal, con lo que la seguridad en la calle no está ni mucho menos garantizada si no se realizan obras de mejora de arriba a abajo".

Tarife pidió una pronta solución antes de que nuevamente comiencen las clases en el colegio Cisneros, clave para entender las dificultades por las que pasan los vecinos.