La situación que durante los últimos meses han venido criticando colectivos fundamentalmente de "la Anaga santacrucera" sobre la limpieza de senderos es también extensiva a la parte del macizo ubicada en el municipio vecino de La Laguna. Allí, al menos hasta hace unos días, y por los márgenes de caminos que discurren a través del monte de El Moquinal, se localizaban troncos que fueron cortados y que, sin embargo, después no los retiraron.

De vegetación muy frondosa y con una estrecha vinculación con la crónica negra tinerfeña de los años 90 -por ese entorno se movió Dámaso Rodríguez, el Brujo-, la zona presenta acumulaciones de restos de talas, a juzgar por la limpieza de los cortes de las maderas de mayor tamaño, que aparecen junto a otras ramas más pequeñas.

El peligro que supone lo anterior se completa con tramos en los que se descubren especies ajenas al ecosistema del lugar en forma de maleza. Es ese el elemento en el que, sobre todo, se ha centrado el discurso de las organizaciones vecinales de Santa Cruz, que hasta han amagado con una movilización y con interrumpir las carreteras de acceso, descontentas con la insuficiente labor que, a su juicio, realiza el Cabildo.

Como se recordará, a finales del pasado año, este punto recibió el título de Reserva Mundial de La Biosfera, que le había sido concedido unos meses antes por parte de la Unesco. Ya desde entonces, algunos residentes mostraban ciertos recelos con la distinción o, en otro caso, entendían que aquello no iba a acabar suponiendo una mejora sustancial en su día a día. Esas manifestaciones han tenido continuidad con las quejas acerca de los senderos de fechas más recientes, en las que, entre otros puntos del ámbito de Santa Cruz, han puesto el foco en el conocido de las Vueltas de Taganana.