El Archivo Histórico Diocesano, ubicado en la lagunera calle Anchieta, ha tenido que echar el cierre temporalmente. Tal y como informa un cartel situado en el exterior de la instalación, el motivo está en problemas con el climatizador, y más concretamente se debe a los efectos de la "degeneración" de uno de los conductos de aire, según explicó el director, Miguel Ángel Navarro Mederos.

En declaraciones a este periódico, el también delegado diocesano de Patrimonio Cultural precisó que las circunstancias descritas llevaron a que se produjese una especie de "polvo" que manchó el depósito superior. "Hemos tenido que cerrar para poder limpiarlo todo", indicó acerca de una sustancia que "se ha pegado" a distintas superficies.

En cualquier caso, Navarro matizó que los materiales allí guardados están seguros. "Lo que ocurre es que no se puede abrir hasta que se terminen las labores de limpieza", dijo el religioso. "El depósito ya está limpio y, en cuanto a la documentación, ya se actuó sobre una parte que nosotros consideramos que es la más utilizada", expresó, antes de agregar que la apertura se producirá a partir del 5 de septiembre, aunque los horarios serán "más reducidos" para finalizar esas tareas que buscan la devolución del recinto a su estado anterior.

Cabe apuntar que el Archivo Histórico Diocesano es el más visitado de cuantos existen en el Archipiélago, comentó Miguel Ángel Navarro. Y es que, recordó, los archivos de la Iglesia no son solo de cuestiones de carácter religioso. "El origen sí es de ese tipo, pero hay un montón de datos que son de naturaleza civil y a la gente les interesa", afirmó.

Los orígenes de este centro datan de la división de la Diócesis Canariense y la creación de la de San Cristóbal de La Laguna. Fue hace algo más de una década, y tras distintas etapas, cuando este espacio de visita habitual para los investigadores se trasladó a su actual ubicación, en un inmueble del XVIII y sometido a una profunda restauración.