La asociación de vecinos Casco Histórico pide el retorno de la oficina de gestión del centro, que existió en la etapa en la que estuvo al frente del Plan Especial de Protección (PEP) la empresa AUC, de María Luisa Cerrillos. Y es que, entienden desde el colectivo presidido por Pablo Reyes, su recuperación en el actual contexto público -es la propia Gerencia de Urbanismo la que ahora se encarga del Plan- se antoja necesaria.

"Las ordenanzas del PEP establecen la obligación de que la ciudad dispusiera de una oficina especial de gestión del casco histórico", inicia su argumentación Reyes, que recuerda que esa ventanilla estuvo en manos de AUC. "Nosotros como asociación siempre comentamos la necesidad de que la gestión del casco fuese pública, no llevada por una empresa privada", sostiene.

Ya sin la compañía de Cerrillos operando en la ciudad (se dijo en su día que la desaparición de la oficina deterioró un poco más la relación de la arquitecta y el ayuntamiento), desde la entidad vecinal desconocen si "realmente" hay una unidad de administración del casco dentro de la Gerencia de Urbanismo. "Pedimos que se cumpla la ordenanza y que exista la oficina de gestión", expresa el máximo responsable de Casco Histórico, que agrega otra propuesta: "Sería bueno contar con una coordinación de todas las concejalías que actúan en el centro: Servicios Municipales, Turismo, Comercio, Vías y Obras...".

Desde la otra orilla, fuentes oficiales del Consistorio lagunero aseguran que la referida labor se realiza a través de un equipo que está formado por un técnico superior, un jurista, un auxiliar y un técnico medio, y que comparte "modelos y procedimientos" con el resto de los servicios, pero que, efectivamente, es un grupo específico para la gestión del centro.

En paralelo, desde Casco Histórico solicitan el control para que se cumplan las ordenanzas que afectan "muy directamente" a la vida de este enclave lagunero, como son, apuntan, la del Plan Especial de Protección y relacionadas con el control de la cartelería, la iluminación, las casas abandonadas, los coches en las calles peatonales o la fibra óptica. Mención aparte hacen del texto elaborado para la convivencia en el municipio y, fundamentalmente, del cumplimiento de los puntos relacionados con la mendicidad, el ruido y los encuestadores.