Juan Luis Marín, el presidente de la asociación de vecinos de Barrio Nuevo, emplea a veces expresiones que sintetizan de forma diáfana los problemas de la zona. Si semanas atrás decía que los conflictos de convivencia generados por un residente de la Urbanización La Verdellada habían convertido aquello en el "bloque del terror", ahora pone el foco en el que llama el "aparcamiento interminable", un recinto ubicado en la parte baja de este enclave, en las inmediaciones del Museo de la Ciencia y el Cosmos, y cuyo proyecto sigue estando inconcluso.

Según explica el dirigente, ahora se está cumpliendo un año de la construcción de un espacio con el que también se trató de mejorar sus alrededores. Sin embargo, quedaron varios elementos que lamenta que no han sido ejecutados: la instalación de unas torres que iluminen el parquin y sustituyan a los focos que se pusieron de forma provisional, así como seis bancos en las aceras cercanas. Junto a ello, el que es uno de los principales puntos de crítica: un punto que iba a ser destinado a jardín y que, por contra, actualmente queda reducido a tierra sin nada de vegetación. Si bien en las últimas fechas sus hierbas están cortadas y no hay basura en él, desde la asociación apuntan que ha llegado a ser un "barranco de aguas sucias".

Estos hechos han motivado, precisa Marín, que los vecinos hayan dado traslado a denuncias al Consistorio lagunero. Los motivos: la falta de limpieza, el jardín inacabado y la demanda de que, de una vez por todas, terminen esta actuación que costó 180.000 euros entre la creación del parquin y el ensanche.

También se detiene el presidente en que el parque cercano no cumple con las medidas de seguridad necesarias, según ha establecido el área de Servicios Municipales, dirigida por Mónica Martín, con la que dice que ha hablado y que, eso sí, ha encontrado "disposición" a actuar en torno al citado aparcamiento.