Las obras para la apertura de las ruinas de la iglesia de San Agustín adquirirán finalmente forma de plaza pública. Tras el anuncio del pasado febrero -por el que se dio a conocer que el espacio podría ser visitado si un estudio estructural fijaba que era seguro-, la Comisión Municipal de Patrimonio Histórico tuvo acceso el jueves al avance del proyecto de intervención. Se trata de una actuación con un coste de alrededor de 780.000 euros.

A principios de año se había explicado el objetivo sin grandes detalles. Podía haber sido que se iba a abrir y poco más, un nuevo lugar para visitas sin mayores acciones... Pero no. En un encuentro con medios, la concejala de Patrimonio del Ayuntamiento de La Laguna, Candelaria Díaz, detalló ayer que se llevará a cabo lo que supondrá una primera fase para el remozado de este enclave, a la que podrían seguir otras dos más.

Destacó la nacionalista sobre la cita de anteayer que la idea fue recibida de buen grado por la comisión, en la que inicialmente no se produjeron intervenciones al respecto, salvo la que realizó María Isabel Navarro, profesora de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna y autora del expediente remitido en su día a la Unesco para declarar la ciudad Patrimonio de la Humanidad. Desde el consistorio quedaron, eso sí, en enviarles el proyecto a los presentes por si, tras analizarlo con detenimiento, quisieran realizar algunas aportaciones.

La empresa que lo ha elaborado es SIC Arquitectura, dirigida por Esaú Acosta, uno de los de los componentes del equipo ganador del concurso internacional que se convocó en 2005. Pasado el tiempo y después de la paralización que la idea primigenia sufrió por la crisis, este profesional tinerfeño ha apostado por unos trabajos en dos frentes: la consolidación de muros y columnas, y la puesta en uso del espacio como una especie de plaza pública, para lo que se colocará un pavimento provisional de láminas de hormigón. Estás últimas serán, puntualizó Díaz, "no muy grandes", con algún parecido al de las empleadas en las excavaciones de la plaza de la Catedral y de carácter provisional. Con esos mismos elementos existirá la posibilidad de crear bancos y otras estructuras. La iniciativa presentada también se caracteriza por la "puesta en valor" de las columnas o la habilitación de varios puntos vegetales.

Ya hay previsión de fechas. La intención es que sea a finales de 2017 o a inicios de 2018 cuando estén finalizadas las obras, que serán sufragadas con fondos locales y del Cabildo, que aportará 395.000 euros.

Durante sus declaraciones, y con la vista puesta en futuras etapas, Candelaria Díaz también manifestó que, transcurridos los años, no cree que la idea que ganó la convocatoria -una zona multiusos con una cubierta de lamas de madera- sea la más adecuada. "Fue una obra que se planteó en 2009; la situación ha cambiado y las necesidades de la ciudad también", expuso. "Ya necesitamos otras cosas", apostilló, antes de dirigir la mirada más bien hacia un espacio abierto. En cualquier caso, matizó que la intención ahora mismo es centrarse en los pasos más inmediatos y que, llegado el momento, se consultaría a la ciudadanía para ver sus consideraciones acerca de lo que queda de esta iglesia lagunera, que ardió en junio de 1964 y cuya historia, a pesar de que haya pasado ya más de medio siglo, no ha podido ser apagada. Al menos hasta ahora.