No es el belén de Antonio Arias de esos de gran amplitud que se visitan dando vueltas a su alrededor. Tampoco sus figuras son de autor ni cuestan unos cuantos cientos de euros por unidad. Al contrario, la suya es una composición de dimensiones medias y está realizada con los materiales de siempre. Su singularidad principal va por otro lado: ha conseguido reunir en un par de metros cuadrados numerosos elementos profundamente enraizados en la idiosincrasia lagunera.

La primera imagen que recibe el visitante es la de la incorporación de tres emblemas de Aguere, como son la torre de La Concepción, la Catedral y el Santuario del Cristo. Pero la riqueza está más abajo, en los detalles. Prueba de ello es el tercero de esos enclaves, que no se queda solo en el templo. También están los portales exteriores; la fuente y el bar Casa Antonino, ambos desaparecidos, así como distintas escenas de las fiestas de septiembre: unas ruedas de fuego, las banderas, la traca, un arco de los de la plaza, la turronera... y cosas del ayer como la ruleta o los ventorrillos que se instalaban en el camino Las Peras. Y de fondo, la montaña de San Roque, con unas luces que imitan a la cruz que se realiza en su ladera y a los fuegos artificiales.

Según explica Arias, lleva una década elaborando portales en su casa, aunque hasta ahora nunca se había decantado por este estilo, con el que ha tratado de rendir un "homenaje" a la ciudad. No en vano, el nacimiento de Jesús se representa en el atrio de la Catedral, donde no faltan las gigantescas palmeras, el estanque de los patos y el carrito con el que su abuelo Antonio salía a vender rosquetes de batata. Mientras, en La Concepción está el puesto de castañas; es por el Camino Largo por donde un pastor lleva a su ganado, y las capillas de cruz también tienen su espacio.

Antonio detalla que fue a mediados de octubre cuando empezó a trabajar y a crear con corcho, cartón, plástico, alambres o tierra, entre otros recursos. Y todo "low cost". Frente a obras de este tipo que llegan a requerir hasta de cientos y miles de euros, el gasto aquí apenas llega a los 30. Esa cuantía ha sido más que suficiente para que este belén ubicado en la zona del Cristo -en el número 47 de la calle José Rodríguez Ramírez, en la urbanización Poeta Manuel Verdugo- se haya convertido en foco de visita,s a pesar de que ni siquiera participa en el concurso anual del ayuntamiento. Animado por esa acogida, Antonio ya piensa, y diseña en su cabeza, el portal del próximo año, con el que espera sorprender.