La situación había estado ahí, venía adquiriendo mayor dimensión en los últimos tiempos y en estos días, como tantas veces pasa en tantos conflictos, ha sido un hecho coyuntural el que ha terminado de enardecer los ánimos y de llevar a la queja. El problema: la ocupación de viviendas en Barrio Nuevo, hasta el punto de que se ha generado alarma en la zona, expuso ayer el presidente de la asociación de vecinos Tinguaro, Juan Luis Marín.

Los cálculos de este colectivo son que hay al menos ocho inmuebles en esas circunstancias. Se trata fundamentalmente de casas terreras, aunque también existe un edificio de tres plantas en la calle El Drago que ha sido ocupado por aproximadamente 30 inquilinos. "En un período de unos meses han subido los okupas terriblemente", apuntó Marín tras poner de relieve que, como consecuencia de lo anterior, hay una sensación de "inseguridad" y "preocupación" de numerosos residentes por si, a la vuelta de unas vacaciones o de cualquier período fuera de su domicilio, se encuentran a alguien dentro.

El dirigente relató que lo anterior incluso ha derivado en problemas de convivencia, en forma de amenazas y rotura de cristales de ventanas en represalia por tratar de defender alguna propiedad que sabían que no correspondía a quienes estaban haciendo uso de ella. "La asociación se ha quejado al Ayuntamiento de La Laguna y nos han remitido a la Policía Nacional", detalló sobre una problemática que, finalmente, no ha tenido solución. En parte por eso, y ante la impotencia, hay vecinos que, cuando se ven ahora en esta encrucijada, contactan con la asociación Tinguaro en lugar de requerir los servicios de los cuerpos de seguridad. ¿Qué salidas hay? A juicio de Juan Luis Marín, el barrio necesita de una mayor "protección" ante estas situaciones. Una de las posibilidades que plantea es la de aumentar la presencia policial para evitar que sigan proliferando estos episodios y, en paralelo, buscar la forma de devolver a sus dueños aquellos inmuebles que han sido ocupados.

"New Barrio Xismes", el detonante

La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de un grupo de vecinos de Barrio Nuevo ha sido la ocupación de una casa terrera ubicada junto a la plaza de este enclave, en la calle Obispo Pérez Cáceres. Tras su entrada, y simulando una portada de periódico -con la cabecera "New Barrio Xismes" y el añadido "pa quien guste de criticar que lo haga sabiendo"-, sus moradores colgaron en dos de las ventanas carteles en los que explican el cómo y el porqué de la decisión adoptada.

En el texto que queda (el otro fue arrancado) detallan que el inmueble estaba "abandonado, cayéndose solo, con humedades, cucarachas, polvo y muchos, muchos escombros". "Actualmente tiene habitantes que lo están rehabilitando, con ganas de crear un espacio en el que vivir un tiempo y montar un taller artístico", indican. Sigue esta especie de carta dando a conocer que han tratado de ponerse en contacto con los dueños, pero que no les ha sido posible sentarse a "conversar" con ellos.

Detrás de la ocupación y del detonante del escrito -que algunos residentes entienden como una provocación- se encuentra un grupo de okupas que, según comentó ayer a este periódico una de sus integrantes, no quiere problemas, y agregó que están intentando tener una relación cordial con los vecinos.