El proyecto para arreglar el dique de Bajamar ya está redactado. Fue entregado a finales de diciembre y su presupuesto es de algo más de 1,5 millones de euros, con un plazo de ejecución de ocho meses. Así lo indicaron ayer desde el Cabildo de Tenerife, que ha destinado a estas labores 383.000 euros en sus cuentas de 2017.

Al respecto, el presidente insular, Carlos Alonso, calificó la actuación de "importante", y detalló que la institución está pendiente de que la Jefatura Provincial de Costas emita un permiso para la ejecución de la obra, que ha sido solicitado por el Ayuntamiento de La Laguna.

Las previsiones de la corporación tinerfeña son que "en breve" salga el proyecto a información pública y que, una vez firmado el convenio con el Consistorio lagunero, se licite la obra. Ese paso estimaron que podría comenzar "en un par de meses".

Según los datos facilitados por el Cabildo tinerfeño, de las ocho alternativas analizadas, el documento por el que se ha apostado "define y valora" la formada por bloques de 30 toneladas, "con tres piezas en la coronación de la berma y talud". Los objetivos concretos de la reparación son tres: la mejora de la protección de la "defensa", con la que, en terminología técnica, se pretende evitar la "disipación de la energía" de las olas; la reparación de "averías" que se han detectado en la infraestructura, y otras actuaciones de carácter complementario.

La situación actual del rompeolas es consecuencia especialmente de dos temporales de mar que causaron diversos daños en el litoral bajamarero. El primero de ellos se extendió entre el 16 y el 18 de diciembre y estuvo marcado por el mar de fondo y olas de hasta tres metros y medio. Por entonces, el oleaje causó roturas superficiales en el dique y, sobre todo, en el denominado botaolas y en las losas de hormigón del graderío.