El cauce del barranco de Valle Molina será ampliado para proteger la nueva depuradora de aguas residuales (EDAR) del Noreste, ubicada en el núcleo lagunero de Valle de Guerra, y cuyas obras se encuentra en su recta final. Estos trabajos complementarios tendrán un coste de algo más de 330.000 euros y, según las previsiones que realizan desde el área insular de Aguas, podrían estar acabados en alrededor de un año.

Según apuntó el consejero del ramo, Manuel Martínez, en esta depuradora de carácter comarcal -se tratarán allí las aguas de La Laguna, Tegueste y Tacoronte- se han venido realizando en fechas recientes las últimas acciones y resta que, en unos meses, el Gobierno de Canarias le entregue la obra al Consejo Insular de Aguas. Es una de las actuaciones del convenio Canarias-Estado y el importante aproximado ha sido de unos 17 millones de euros.

Será posteriormente, indicó, cuando se llevarán a cabo los otros trabajos en el barranco cercano. ¿En qué consistirán? El político socialista detalló que se comprobó que el cauce era insuficiente para proteger la instalación de posibles aguas de lluvia y, por tanto, de inundaciones. "Es como una U que se hará más grande", agregó de una forma gráfica sobre las mejoras que se realizarán.

"Está la situación de Valle de Guerra y el incremento de población, y ha habido que ampliar la capacidad de depuración de la planta y mejorar para tener agua de calidad, con una tecnología que se llama MDR para, en vez de verterla, usarla para la agricultura", planteó Martínez, que resumió que se trata de "coger un vertido y convertirlo en un recurso".

La práctica en cuestión no será exclusiva de Valle de Guerra, sino que, precisó, la política del Cabildo de Tenerife en esta materia está marcada en la actualidad por la búsqueda de la reutilización de agua. "Queremos ir poco a poco aumentando el número de depuradoras", manifestó el consejero sobre la línea de trabajo.

Las obras que se están realizando en esta zona lagunera coinciden con un enclave bastante agrícola y en el que, meses atrás, un dictamen de la Unión Europea centró la atención, al igual que en el Valle de Güímar, debido a las carencias que se han venido produciendo en los últimos años en el tratamiento de aguas residuales. Así es que el nuevo entramado de depuración de la zona, con la EDAR del Noreste, el mejor encauzamiento del barranco de Valle Molina y la adecuación de una estación de bombeo se dirige en la dirección de zanjar el problema.

Para hacer posible que la estación depuradora de aguas residuales del Noreste pueda entrar en funcionamiento se está trabajando en la adecuación de la estación de bombeo de Espinal Alto. Se trata de una obra que fue adjudicada por algo más de 200.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses.

"Empezó, se está ejecutando y han solicitado una ampliación de plazo, pero en unos meses estará en funcionamiento", manifestó el consejero de Aguas, Manuel Martínez, que destacó que la actuación que ahora se está llevando a cabo es importante para bombear las aguas a la depuradora comarcal.

Por sus características, este otro elemento del sistema de depuración que se va a poner en marcha también es necesario para hacer posible la mejora que se está buscando tras el pronunciamiento europeo.

Sobre ese último aspecto, los hechos se remontan a hace cinco años, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó al Estado debido a que en 2011 aún había 37 ciudades mayores de 15.000 habitantes que no depuraban correctamente sus aguas residuales. A finales de 2016, la oposición lagunera alertó de que la Comisión Europea había optado por llevar de nuevo a España ante el tribunal comunitario porque todavía eran 17 las localidades que seguían sin tratar de forma óptima esas aguas, entre las que se encuentra La Laguna.