En la línea del "voto a voto" del que hablan muchos políticos en tiempo de elecciones, del "partido a partido" de la filosofía "cholista" o, mirando al ámbito religioso, del recordado Padre Antonio y los trocitos de cielo para sufragar un geriátrico, la parroquia de Santa Rosa de Lima, en Guamasa, quiere renovar su techo haciendo buena la máxima de que sumando pequeños granitos de arena es posible crear una montaña.

Según explica el párroco, Domingo Marrero, se trata de un templo centenario que fue diseñado por el reconocido arquitecto Mariano Estanga y que se había ido deteriorando, por lo que decidieron hace algunos años empezar a recaudar fondos a través de viajes, excursiones, venta de lotería, comidas en la plaza... Será ahora, con el comienzo del verano, cuando arrancarán finalmente las obras, que se centrarán en varios puntos del inmueble, entre los que se encuentra el tejado.

La idea para acabar de completar el dinero con el que cuentan fue dividir el total de la actuación en la techumbre -que también supondrá la sustitución de sus maderas- entre el total de tejas, que son 3.800. El resultado: cinco euros. A partir de ahí se ha articulado una campaña titulada "Con tu teja, un techo para todos", cuyo éxito en las redes sociales y fuera de ellas celebra el sacerdote. "Ha tenido una gran aceptación; me he quedado asombrado", admite.

El sistema es sencillo. "Queremos que tanto a nivel personal como familiar la gente se involucre y participe con una teja, o dos, o tres, hasta cubrir toda la cubierta", indica Marrero. Mientras que para difundirlo están utilizando un cartel pintado por un joven de la zona, para acabar de hacer atractiva la iniciativa tienen previsto colgar unos grandes paneles en cada pared de la iglesia imitando las tejas. El objetivo: ir pintando el avance del proceso. "Doy tres tejas, pues cubro tres", detalla sobre una acción que entiende que propiciará el sentimiento de tratar de completar ese dibujo "entre todos".

Que el proyecto esté prosperando es mérito en gran parte, dice el religioso, de un "equipo de trabajo muy bueno". Es el que durante los últimos años ha participado para poder realizar las labores necesarias para ir recolectando fondos en la zona y que han permitido llegar hasta esta iniciativa final con las tejas, que también tendrá recompensa para quienes ayuden: un diploma-bendición de Santa Rosa de Lima y un trocito del viejo material a modo de recuerdo .