El Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de La Laguna anunciaron ayer que las viviendas de Visocan en el municipio recibirán 1,5 millones de euros para obras de impermeabilización, que está previsto que comiencen antes del próximo invierno. Esa cifra forma parte de otra global de alrededor de 3,8 millones. La diferencia irá a arreglos de diverso tipo que se realizarán a lo largo de los próximos tres años.

La decisión fue comunicada durante la mañana, en rueda de prensa, por el alcalde lagunero, José Alberto Díaz, y la directora del Instituto Canario de la Vivienda, Pino de León, antes de que en horario vespertino se celebrase un pleno extraordinario y monográfico sobre la situación de las familias que residen en esas casas -1.002 en todo el término municipal, divididas en doce promociones-. En la comparecencia, De León también informó de otro "acuerdo importante": estar al día en el pago de las rentas y de las comunidades de vecinos dejará de ser condición "sine qua non" para renovar las ayudas al alquiler. Según apuntó, para ello ha ordenado modificar el decreto.

"Creo que en La Laguna hemos actuado con la sangre caliente, pero con la cabeza fría", sostuvo el regidor local, que entiende que siempre ha habido "sensibilidad". Junto a lo anterior, puso de relieve el trabajo para lograr el compromiso del Ejecutivo regional y agradeció "enormemente" la respuesta de esta institución.

Por otra parte, Pino de León insistió en que no habrá ningún desahucio por falta de recursos, y defendió el trabajo que desde el Gobierno canario y Visocan se desarrolla en esta materia. De una forma particular se refirió a las ayudas al alquiler que reciben estas familias, que llevan, expresó, a que los inquilinos paguen un porcentaje reducido, que varía en función de sus circunstancias.

El salón de plenos del Ayuntamiento de La Laguna vivió en la tarde de ayer una sesión de una tensión que no se daba desde hacía meses. Ni el anuncio mañanero (3,8 millones, condiciones más laxas para las ayudas al alquiler y la promesa de que nadie será desahuciado) redujo el enfado vecinal. Intervinieron hasta cuatro portavoces y, en general, lo que exigieron fue más ayuda social. Se refirieron a obras, sí; pero fundamentalmente a su situación socioeconómica. Hablaron de alquileres inasumibles y deudas, presiones de Visocan, y hasta de hijos y neveras vacías. En dos casos las palabras dieron paso a las lágrimas.

Rubens Ascanio (USP) celebró la valentía de los asistentes, Teresa Berástegui (Cs) lamentó el estado de las casas de Geneto, y después llegó el turno Mónica Martín (PSOE). Ahí ya el pleno acabó de caldearse. La líder socialista cargó contra una alocución en representación de los afectados que había realizado el activista Eloy Cuadra, del que dijo que se está posicionando en "una fuerza política". Se lo reprocharon desde el público: "¡Él habla por nosotros!". Estaba Martín a punto de agotar el tiempo y el edil Javier Abreu, que quería intervenir, se levantó y se dirigió muy molesto a la secretaria. La guerra del partido de la rosa había aflorado de nuevo por la posibilidad o no de este último de hablar. Hubo incluso un receso de quince minutos para tratar de dilucidar si lo que planteaba el ex hombre fuerte de la organización -un 50% del tiempo para cada sector del partido en casos en los que no hay acuerdo interno- debía ser así. Según la funcionaria, al final no tenía razón, aunque acabó expresándose, y no escatimó en críticas a CC. "No van a cumplir con ustedes", les aseguró a los residentes, antes de que la "posición del grupo socialista" fuese reafirmada por Mónica Martín. No fue para ella una tarde tranquila. Berástegui le había afeado poco antes que los portavoces vecinales acudieron a las oficinas del PSOE y no pudieron atenderlos ni tampoco los llamaron. "Si quiere le puedo pasar sus teléfonos...", le espetó la concejala.

La sesión terminó con el rechazo de la moción que había presentado Unid@s y el apoyo de una enmienda de sustitución del grupo gobierno, que, a grandes rasgos, iba en la línea de los compromisos de la mañana. Y el enfado del público. Lo que habían defendido desde Coalición es que el contenido del texto inicial ya se había acordado con anterioridad y que se estaba haciendo una utilización "maniquea" del asunto, "puro adanismo".