En septiembre y en Semana Santa. Solamente dos veces cada año es retirado de su hornacina el Cristo de La Laguna. Y después están las ocasiones excepcionales, como la de ayer. Un descendimiento en junio motivado por las obras de restauración del Real Santuario, que llevarán a que mañana el Crucificado Moreno sea trasladado al Hospital de Dolores, en San Agustín, su sede temporal hasta la finalización de los trabajos.

El acto se desarrolló a partir de las 20:00 horas. Primero, una eucaristía y, a continuación, una ceremonia que poco tuvo que ver con la que se celebra cada verano. Frente a la iglesia desbordada de público de los 9 de septiembre, con las puertas abiertas, en mañanas de sol intenso, la de este jueves resultó una cita de dimensión bastante menor, pero que, eso sí, fue vivida por los feligreses con la misma devoción siempre.

Este sábado habrá nuevamente una misa a las 12:00 horas y después tendrá lugar la procesión extraordinaria. Una celebración para la que ya está todo preparado. Hasta los organizadores realizaron la pasada semana, y frente a cualquier imprevisto, un recorrido nocturno con el trono (incluida la cruz) hasta el Hospital de Dolores.