Vecinos del ámbito de La Manzanilla denunciaron ayer la ausencia y mal estado de las aceras y la infinidad de obstáculos urbanos que dificultan el paso a viandantes, carritos de bebé o sillas de ruedas, lo que convierte a esta parte de la ciudad, según dicen, en un lugar no apto para las personas.

Las principales quejas provienen de aquellos que residen en la calle Pozo Cabildo, que conecta el Estadio Francisco Peraza con República Argentina. Señalan que se trata de una de las zonas más caras del municipio y de las que más contribución paga, por ejemplo por el IBI, un impuesto que ven desmesurado para una calle no cuenta ni con aceras y que sólo se arregla pensando en el tráfico, aseguran.

Algunos afectados explicaron que cuando salen de sus casas y quieren ir andando al centro de La Laguna, se ven obligados a transitar por un arcén que en algunos tramos apenas alcanza unos pocos centímetros, a lo que hay que sumar el riesgo que supone andar junto a los vehículos que circulan por la vía, no sólo turismos, motos o bicicletas, sino también guaguas y camiones.

Critican que lo que antiguamente era un camino de tierra, luego pasó a ser una calle y hoy día se ha convertido en una carretera por lo que consideran una mala planificación del ayuntamiento, ya que con la peatonalización del casco histórico, prácticamente todo el tráfico rodado que antes circulaba por el centro, ahora discurre por esta zona.

Citan como ejemplo los vehículos que llegan desde la zona de San Benito y quieren ir a Tegueste, Tejina, Bajamar, Punta del Hidalgo o Las Mercedes, que tienen que pasar casi obligatoriamente por Pozo Cabildo. Dicen, además, que las paradas de guagua que antes estaban en la Avenida República Argentina se tuvieron que trasladar a esta calle hace años, una vez tuvieron que dejar de circular por el casco, contribuyendo también al aumento del tráfico.

Los residentes señalan que sólo un tramo de la calle, de algo más de 100 metros, cuenta con acera; sin embargo, advierten que resulta muy difícil caminar y más aún transitar con cochecitos o sillas de ruedas, dado que en el centro se han plantado palmeras y otros árboles que ocupan casi todo el ancho, lo que obliga en muchas ocasiones a tener que bajar de la acera mientras pasan coches u otros vehículos. También este hecho ha provocado caídas, como la de una mujer que se hace un par de semanas estuvo a punto de fracturarse una costilla.