Cuando los corazones de Tejina entran a la plaza el último domingo de agosto, la emoción y la fiesta son innegables. Los cánticos, el esfuerzo de quienes cargan las estructuras, la tensión mientras tiran de la cuerda y el armazón gira sobre sí mismo... Ahora bien, el descuelgue, al día siguiente -en este caso ayer-, quizá sea una muestra aun más diáfana del sentimiento tejinero y de que los corazones son una cita sin parangón.

Este lunes fue ese día en el que les toca colocar la escalera y empezar a destrabar las frutas y, sobre todo, las tortas, que se convierten en piezas codiciadas. Los más apasionados de esta fiesta se quitan la camiseta y luchan cada piña, limón y pera como trofeos valiosos. Saltos, algún empujón... En muchos casos se trata de fruta que está ya empezando a fermentar tras un día a la intemperie, pero los que están allí lo ven desde otra perspectiva. Mientras tanto, lo que anteayer eran unas obras relucientes, realizadas con esmero durante varios días, se empiezan a desdibujar hasta quedarse en lo que denominan el "verde", la base vegetal.

Significa lo anterior que las fiestas empiezan a tocar a su fin, aunque hoy habrá más a partir de las 12:00 horas con la entrada de las parrandas de los tres corazones (Calle Arriba, Calle Abajo y El Pico) a la plaza y el tradicional pique. A las 17:00 comenzará la verbena y, ya a las 21:30, la cabalgata y posterior quema del haragán.