Residentes y viandantes del entorno de la calle Poeta Perera demandaron ayer al Ayuntamiento de La Laguna que realice una inspección a una casa terrera que se encuentra en estado ruinoso en la intersección con la calle Buitrago. En este caso, advierten de la posibilidad de que en un momento dado sus muros se vengan abajo, parte del propio techo de teja que le queda y una parte de lo que parece ser el enfoscado.

En este sentido recalcan los riesgos que supone caminar por el estrecho margen de acera que existe en el perímetro de la casa, y mucho más teniendo en cuenta que enfrente existe un colegio y al fondo de la misma calle Poeta Perera otro centro escolar, por lo que es habitual que ese lado sea muy transitado diariamente por personas de todas las edades.

Una parte de las paredes perimetrales se encuentra perforada y deja a la vista la piedra original. Señalan que es normal ver a los menores meter la mano en el hueco y ver caer algún que otro guijarro a la acera. A ello se le añade que una de las paredes que lindan con una vivienda de Poeta Perera se encuentra resquebrada, pero "no sabemos si es solo el enfoscado o que la pared ha cedido por la colocación de un muro de ladrillos en la parte superior, que es lo que parece".

En cuanto al techo, en varias ocasiones los estampidos que se han generado por la caída de parte de la estructura han despertado a los vecinos del entorno. En este caso, solo una parte del techado queda en su sitio, pero el estado en el que se encuentran las fijaciones de maderas hacen temer que se caiga por completo.

No sería un problema mayor teniendo en cuenta que si cae lo hará dentro, pero se da la circunstancia de que es habitual ver saltar por sus muros a jóvenes, lo que puede generar un riesgo bastante alto. Hay que recodar, dicen, que ya en más de una ocasión se ha prendido fuego el interior, lo que ha hecho que el temor crezca en el entorno entre los propios vecinos.

En su interior, las estancias más cercanas a la acera están entulladas de escombros, basuras y enseres abandonados, pero en las otras interiores el paso es libre.

Los vecinos denunciantes destacan que "no se trata de un problema de salud pública, de bichos o ratas, que las habrá, pero que de momento no pensamos en ello. Se trata de garantizar la seguridad porque hay muchas personas que pasan a diario por aquí. Pregunte a los padres de los alumnos o a otros vecinos y verá qué respuestas les dan a sus preguntas", apuntó una de las personas que se sumó al grupo.

Reconocen que "ya no pasamos por allí, pero imagínese el número de personas que a diario transitan por esa acera estrecha. Y además, los vecinos tienen un problema porque justamente en esta esquina están los contenedores de basura, con lo que el paso de la gente por este punto es mucho mayor", advierten.

Esta idea fue reafirmada por una de las personas que tienen su domicilio en uno de los edificios de la calle Arocha y Guillama, que suele dejar en el entorno su vehículo y que tiene como referencia los contenedores de la calle.

A pesar de los intentos, EL DÍA no pudo recabar información del ayuntamiento en referencia a la situación del inmueble, así como si se va a tomar alguna medida sobre la vivienda y el estado ruinoso que presenta.