No solo Santa Cruz ha decidido poner coto al incivismo de los dueños de los perros. Desde principios de abril, La Laguna cuenta con dos agentes de paisano que recorren los parques públicos, las plazas y algunas zonas peatonales con la vista puesta en aquellos que dejan atrás las heces de sus mascotas. El balance hasta el pasado jueves, según explicaba el concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad, Jonathan Domínguez, era que en algo más de veinte días se habían realizado medio centenar de denuncias.

Concretamente, de esta labor se encargan dos policías adscritos a la Unidad Ecológica de la Policía Local, que deriva las actas levantadas al área de Sanidad, "que es la competente para instruir la denuncia y sancionar al ciudadano". Domínguez precisó que, hasta 2016, los efectivos policiales solían ir a los parques y formular denuncias, pero unas dudas que surgieron en Sanidad, durante la etapa en la que estaba al frente Javier Abreu -actualmente edil no adscrito-, llevó a que estas se fuesen acumulando.

"Hubo un tiempo en el que la Policía estuvo haciendo apercibimientos en vez de denuncias, y se llegaron a registrar 207 apercibimientos de 2016 a 2018", añadió el concejal sobre un procedimiento que consiste, básicamente, en que el policía identifica al vecino y le llama la atención. "Se supone que en la mayoría de los casos estos ciudadanos que han sido apercibidos dejan de permitir que sus mascotas hagan sus necesidades en la calle", consideró.

Las quejas ciudadanas y, en particular, de algunas asociaciones de vecinos con respecto a la cantidad de excrementos de animales acumuladas en aceras, plazas y parques llevaron a dar el paso. "Tomamos la decisión desde el área de Seguridad Ciudadana de autorizar a la Jefatura de la Policía Local a que dos agentes de la Unidad Ecológica puedan ir de paisano, dado que, cuando los policías acuden con uniforme, suele bajar la incidencia porque los ciudadanos se cortan a la hora de dejar que sus perros hagan sus necesidades en la calle e irse sin recogerlas, y habíamos detectado que así no podíamos solucionar este problema", manifestó Domínguez.

"Es una cuestión de incivismo puro y duro. Los perros no tienen la culpa, porque son animales, pero los propietarios, sí", opinó el edil nacionalista, que detalló que, además de parques y plazas, los efectivos policiales suelen transitar zonas peatonales en las que tienen constancia de que es habitual de que vecinos acudan con sus perros y dejen allí sus necesidades. El precio para los incumplidores: desde unos 200 euros.