El célebre mercado lagunero, ese que tan ligado estuvo siempre a la plaza y zona del Adelantado, va camino de confirmar que, en política, la palabra provisional puede tener cimientos de acero. Ayer se cumplieron 11 años de su traslado a la plaza del Cristo, cuando en principio se calculó que bastaba con 2 o 3 para disponer del nuevo y flamante edificio junto a los juzgados, pero lo peor no es solo que cada vez se deteriora más y que su mantenimiento cuesta unos 400.000 euros de media anual, sino que los socios del gobierno local (CC y PSOE) no están muy de acuerdo en cómo acelerar la vuelta a los orígenes.

Mientras el alcalde, José Alberto Díaz, y el presidente de la asociación de comerciantes (hay 78 de 83 puestos ahora abiertos), Venancio Díaz, prefieren que el proyecto previsto se desarrolle de forma conjunta, aunque esto lleve un poco más de tiempo, la concejal del área, la socialista Mónica Martín, apuesta más por acelerar la construcción del edificio de mercado y dejar para más adelante el aparcamiento subterráneo y plaza anexa en la parte alta.

Martín considera que se ha esperado mucho tiempo por el Consejo Insular de Aguas y cree viable que se realice la preceptiva obra de canalización en el barranco de La Carnicería únicamente con vistas a edificar el nuevo mercado, de manera que se pueda comenzar las obras este mismo mandato.

El alcalde, por su parte, explica que esa actuación, de por sí, implica excavar 15 metros y que lo lógico sería aprovechar la coyuntura y realizar el edificio (que incluye aparcamiento para los comerciantes) y la plaza y las otras 400 plazas de estacionamiento anexas. Según sus plazos, esto se podría licitar en este mandato y comenzar la obra a finales de 2019.

Cámaras que se oxidan, lona caducada y aire acondicionado

El alcalde niega que el Consejo de Aguas se haya retrasado en exceso, recordando que se rechazó la idea elegida por concurso. No obstante, cree que la clave de la provisionalidad radica en la crisis por paralizar muchas obras. Martín dice que los comerciantes preferirían mudarse cuanto antes y que ese mantenimiento de 400.000 euros es cada vez "más complejo". Eso sí, subraya las campañas para promocionar las compras o las visitas de turistas y excursionistas. El presidente comercial resalta, sobre todo, la fidelidad de muchos clientes y el trabajo de los encargados de los puestos. Aunque prefiere hacer una mudanza con las mayores garantías para "costar lo menos posible luego a lo público", recalca que esperan por el Cabildo desde 2011, avisa de que la lona "ya ha caducado" y que las cámaras se están oxidando por debajo, aparte del problema con el aire acondicionado.