El domingo será el gran día: miles de personas, el colorido, la ofrenda, los corazones que se alzan en honor de San Bartolomé, la pasión desbordada... Sin embargo, la tradición de los Corazones de Tejina encierra antes un conjunto de pasos, casi que un ritual, para que cada una de estas tres composiciones frutales se conviertan en realidad. Un elemento clave de la creación final son las tortas de harina y agua, elaboradas a lo largo de esta semana -desde el lunes hasta ayer- y que en algunos casos llegan a ser verdaderas obras de arte.

Con el presidente de la Asociación Corazones de Tejina, Nuhacet Fernández, como guía, este periódico realizó en la tarde del miércoles una visita a las tres sedes, que se vuelven en estos días lugares de reunión y costumbrismo. La primera parada, en la Calle Abajo, un corazón que, a falta de un espacio propio, se realiza en el local de Coalición Canaria, cerca de la plaza de la iglesia.

Mari Torres, Leticia Rivero o Cristina González eran tres de las integrantes de este colectivo que anteayer participaban en la elaboración de las tortas. Según señala la primera, son 16 las que componen el corazón, aunque hacen muchas más y al final emplean las que mejor confeccionadas y horneadas han quedado. "No es lo mismo un limón del descuelgue que el que compras en el supermercado", apunta Rivero para explicar el sentimiento del pueblo hacia los "ingredientes" del corazón y, de una forma especial, hacia las populares tortas.

El ambiente de camaradería predomina en el local. Lo mismo ocurre en la Calle Arriba, cuya fruta representativa es la piña. En este caso, Toño Santana se encarga de amasar sobre un lebrillo de barro con más de un siglo de antigüedad. De sus manos resulta la base sobre la que comenzará el proceso creativo, que requiere de maña y paciencia, y que lleva a recrear, sobre todo, motivos del tipismo local, que posteriormente pasarán por el horno.

En El Pico, como en las anteriores sedes, entre 20 y 30 personas se afanaban en la elaboración de las tortas. Pablo Gutiérrez, que en esta edición está al frente de la comisión de este núcleo, indica que la novedad la ponen el estreno de unas camisetas verdes (su fruta es la pera) y un pequeño traslado por obras del lugar donde habitualmente se prepara el corazón. Por lo demás, en la línea del resto. Y es que, precisamente, parte de la fuerza de esta costumbre reside en el respeto al pasado... y, claro, en ponerle mucho corazón.

"Llevo desde niño esperando este momento"

Francisco Rivero, más conocido como Fanfi, es este año el presidente del corazón de la Calle Arriba. "Llevo 50 años esperando este momento, desde que era un niño", señala con sentimiento sobre la responsabilidad que ha asumido. Posa en la imagen con una camiseta en la que una piña -la fruta representativa de la calle Arriba- sonríe junto a unas "tristonas" pera y limón.