El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, celebró ayer a las 17:00 horas una reunión con los hermanos mayores de las cofradías de La Laguna y, al contrario de lo que se creía en esos colectivos religiosos, de la cita no salió una respuesta al futuro de su máximo órgano, la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC), cuyo último presidente, Manuel Capote, decidió dejar abruptamente el cargo.

El encuentro había sido convocado en los últimos días con un aire de cierta confidencialidad. Finalmente, lo que trataron este sábado entre el prelado nivariense y los responsables de estas entidades fueron aspectos de carácter general, como es el caso de la necesidad de que las hermandades de Aguere sean rigurosas en sus trámites administrativos, según fuentes de las cofradías laguneras.

En cuanto al "tema estrella", apenas fue tocado tangencialmente en un momento de la reunión. Al respecto, Álvarez señaló que desde el Obispado aún no tienen clara la salida que le darán al asunto. Mientras, las interpretaciones que sacan desde el entorno cofrade es que existen varias vías, pero que continúe el equipo que acompañaba a Capote parece, por menos extrema, la más posible de las medidas que caben.