El pliego de condiciones para licitar las obras de reparación del dique de Bajamar ya está aprobado. Así lo indicó el director insular de Movilidad y Fomento, Miguel Becerra, y apuntó que se trata de unos trabajos de un millón y medio de euros y que tendrán un plazo de ejecución de seis meses. Dentro de este se contempla una fase terrestre y otra de carácter marítimo.

Este paso es uno de los hitos principales del proceso administrativo, toda vez que deja atrás un período de espera y contratiempos y, a al mismo tiempo, abre la puerta hacia la adjudicación y el comienzo de las actuaciones. "Fue aprobado, ahora se sube a la plataforma y se abrirá el plazo para la presentación de ofertas por parte de las distintas empresas", manifestó Becerra, antes de señalar que la duración de este trámite dependerá fundamentalmente del número de aspirantes a la concesión, debido a que, en función de ello, habrá un mayor o menor tiempo de análisis de las propuestas.

Sea como fuere, el director insular sí mostró su compromiso de que se va a trabajar "a tope". "Nos interesa empezar la obra antes de que finalizara el primer trimestre de 2019", prosiguió. El motivo es que si bien la fase de fabricación de los bloques ya tiene incluso emplazamiento, la rama marítima estará sujeta a los imponderables del mar. En palabras del nacionalista, la mejora viene condicionada por una serie de ventanas de climatología", por lo que no pueden ser unos meses "cualquiera" del año, sino entre mayo y noviembre. "Vamos a ver si llegamos", agregó.

Miguel Becerra planteó que los trabajos en el mar requerirán la recogida del fondo de restos del anterior rompeolas y de la colocación del nuevo contradique, a lo que se unirá la reparación de toda la explanada y la grada, destrozadas como consecuencia de sucesivos temporales.

La situación actual se debe, sobre todo, a los episodios de 2012 y 2013. Desde una explicación técnica, el oleaje causó daños en la "superestructura" del dique y afectó al denominado "espaldón bolaolas" y a las losas de hormigón de la explanada. "Por tratarse de un dique rígido, situado en rompientes, con un alto efecto de reflexión del oleaje, las consecuencias del temporal se vieron agrandadas, produciendo fatiga de la superestructura", detallaron desde el Cabildo. Desde aquel entonces dio inicio un camino que se ha extendido hasta la actualidad: los estudios, la redacción del proyecto, la necesidad de que Costas declarase de emergencia la actuación, reuniones, trámites...

Por su parte, el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, destacó que la reparación del dique bajamarero es una acción "importante" para La Laguna, ya que, sobre todo en la época estival, es "muy demandado". Asimismo, afirmó que el proyecto permitirá mejorar las condiciones de seguridad para los bañistas y usuarios de esta zona. "Se trata de un paso importante que nos permite cumplir un compromiso adquirido con los vecinos de La Laguna", añadió.