La suerte ayer saltó de un municipio a otro de Tenerife. Premios muy repartidos, en ocasiones solo con uno o dos décimos por administración, cayeron en 13 administraciones de ocho localidades de la Isla y dejaron al menos 600.000 euros, a falta de que algunos de los distribuidores confirmaran las cantidades premiadas. El tercer premio (05163) -aunque con solo tres décimos-, un cuarto (71119) y cuatro quintos (18102, 43221, 00943 y 70481) han insuflado vida a las economías de unos cuantos tinerfeños.

José Miguel González, propietario del Grupo González y de diversas gasolineras Repsol, vive con intensidad cada jornada del Sorteo de Navidad. Apenas aparta la vista de la pantalla para atender a los periodistas. Tanto él como su hijo José llevan tres años consecutivos siendo protagonistas de una u otra manera. Ayer, el escenario para atender a los medios fue la estación Chasnera, a un kilómetro de San Isidro. En ese punto se vendieron, como mínimo, más de 10 décimos de un cuarto (71119), así como décimos sueltos de dos quintos (18102 y 43221). Afirma José Miguel González que le puso el nombre de "Chasnera" a la gasolinera en honor a su abuelo, de Vilaflor. Al trasiego habitual de clientes de la estación se sumó ayer también el flujo de personas que compraban números para el sorteo del Niño.

Menos acostumbrado a ese despliegue está Ricardo Oval, que gestiona la terminal del bar Ramevi, en Charco del Pino. Vendió un décimo del tercero (05163) y la tranquilidad era la nota predominante en el local hasta que llegó la televisión. Oval ha dado otros premios de mayor cuantía económica, pero en la Bonoloto, la Primitiva y la Quiniela. Sin salir de la comarca de Chasna, en San Miguel, en la terminal del quiosco Óscar, se vendieron dos décimos de un cuarto (71119). Su propietario, el empresario Conrado Pimienta Martín, se mostraba ayer orgulloso y lo celebraba con su personal.

En Güímar, en la sede de Papelería Millán, Julián Manuel Millán y su hija Belén Millán del Rosario vendieron más de un décimo de un cuarto (71119).

Otro de los puntos en donde la alegría hizo parada fue en la administración de lotería Los Dos Patitos, en el centro comercial Santa Cruz Carrefour, en Añaza. Su gestora, Margarita Hernández, mostró su satisfacción por haber dado la suerte desde su establecimiento a los clientes, aunque reconoció que los afortunados no aparecieron por su establecimiento para anunciar la buena nueva.

La alegría supuso que tanto clientes como empleados y propietarios de los comercios vecinos inmortalizaran el momento con una foto. "Claro que estoy contenta", dijo Margarita, que confirmó que los números fueron vendidos por la terminal del local. Reconoció desconocer a los agraciados con el número 71119, pero no pierde la esperanza de que en las próximas horas pueda conocer a alguno de ellos.

"No se vayan todavía, que aún no ha tocado el Gordo", decía a los medios de comunicación María Jesús Álvarez, responsable de la administración situada en el centro comercial El Corte Inglés, en la capitalina avenida de Tres de Mayo, que vendió una hoja del 70481 -60.000 euros-, uno de los quintos premios con los que la suerte ha favorecido a Tenerife.

Y si no ha repartido más, confiesa, es porque cometió un error al encargar los números. "Quería pedir los grupos y solo pedí una hoja". Aun así, se mostraba muy satisfecha; no en vano, también para ella es la primera vez que vende un premio en el sorteo más esperado del año. "Para todos los loteros, dar un premio, aunque sea el quinto, es lo más", afirmaba.

En cuanto a la identidad de los afortunados, aseguraba que no tiene "ni idea". Las hojas sueltas son de las primeras en colocarse en ventanilla y, por tanto, también de las primeras en venderse.

Por su parte, Alejandro Rodríguez, lotero del Mercado Municipal de La Laguna, se estrenó en el sorteo navideño con la venta de un décimo del tercer premio, el 01563, que supondrá 50.000 euros para su comprador.

Desde que abrió las puertas de su Administración de Lotería en 1992, Margarita Martínez no sabía lo que era dar un premio en Navidad. Ayer, en las puertas de este local tocado por la suerte en Alcampo La Laguna había medios y curiosos esperando, poco antes de las diez de mañana, a que abriera.

Margarita explicaba llena de emoción que había vendido dos décimos del 18102 por máquina. Curiosamente, mientras estaba atendiendo a los medios, se enteró de que había repartido otro quinto, el 00943. "Me estás dando tú la primicia", le decía al locutor al que atendía. Otros dos décimos vendidos por máquina. Un total de 24.000 euros que habrán ido aliviar a alguna familia aún sin identificar. "Es imposible saberlo, hay clientes que te piden un número al azar", explicaba. Para añadir: "Ojalá esté muy repartido, ojalá hubiéramos vendido más".

El local está dividido en una tienda de regalos y una administración. En la taquilla, nada más abrir se arremolinaba la gente, queriendo aprovechar el tirón de la suerte. Lorena Pérez atendía con una sonrisa a todo el que se acercaba. "Supercontenta, todavía con la emoción en el cuerpo", decía cuando se le preguntaba cómo se sentía. Y atendiendo a los que compraban Bonoloto o Primitiva. Por si la suerte, ya que ha llegado, quiere quedarse un ratito más.