Los vascos están citados en las urnas el 1 de marzo. Así lo anunció ayer Juan José Ibarretxe al tiempo que reclamó una campaña "limpia" y que, a pesar del revés de no celebrar la consulta popular sobre el derecho de autodeterminación, se mostró "satisfecho" con el trabajo desarrollado en la legislatura que termina. Desde la oposición, PSE y PP se felicitaron por la convocatoria e hicieron votos para que se produzca el cambio en Euskadi tras casi 30 años de hegemonía nacionalista.

El lehendakari despejó la última incógnita que quedaba en el calendario electoral de 2009. El 1 de marzo coincidirán los comicios vascos y gallegos, mientras que las del Parlamento europeo se celebrarán en junio. Un primer semestre de una gran carga política, y del que emerge con luz propia la convocatoria en Euskadi por las serias expectativas de cambio en esa comunidad. Todas las encuestas apuntan a un empate entre el PNV y los socialistas, con tendencia a la baja del primero y al alza de los segundos. El último euskobarómetro de la Universidad del País Vasco asigna a los socialistas entre 26 y 28 escaños de los 75 del Parlamento vasco, mientras que el PSE cosecharía entre 25 y 27.

Tras la inesperada victoria del PSOE en los tres territorios vascos en las pasadas generales, Zapatero cree que ha llegado el momento de desalojar de Ajuria Enea a los nacionalistas, que han gobernado sin interrupción desde las primeras autonómicas en 1980. Los socialistas están convencidos de que hay un hastío entre la población, incluso entre el electorado del PNV, por las pretensiones soberanistas de Ibarretxe, a las que ha dedicado la mayor parte de las energías y esfuerzos en los últimos ocho años. Esta apreciación, sumada a la crisis que sufre el acuerdo tripartito que sustenta al Ejecutivo de Ibarretxe y el viento favorable para el PSE, son, para Zapatero, los elementos que componen la fórmula del cambio en Euskadi.

Decreto

Ibarretxe, entretanto, reunió ayer por la mañana con carácter de urgencia a su Gobierno, y poco después anunció que las autonómicas se celebrarán el 1 de marzo. El jefe del Ejecutivo de Vitoria firmará el 5 de enero el decreto de convocatoria y de disolución del Parlamento. La campaña electoral se desarrollará entre el 13 y 27 de febrero.

La fecha escogida fue descartada en un primer momento por el propio lehendakari porque consideró inconveniente que coincidiera con los comicios gallegos. De hecho, hasta hace pocos días se daba por hecho que las elecciones vascas tendrían lugar el 15 o el 29 de marzo. Fuentes de la Presidencia del Gobierno señalaron que los últimos análisis del lehendakari y su equipo llevaron a la conclusión de que el 1 de marzo "es una oportunidad" que puede "beneficiar" a sus intereses.

La coincidencia de las elecciones "limitará" por una parte la presencia de Zapatero en Euskadi, donde recibe una buena valoración ciudadana, al tener que "ocuparse" también de Galicia y permitirá "desactivar o aminorar el efecto ZP". Las fuentes consultadas indicaron en este sentido que el presidente del Gobierno "no podrá utilizar un lenguaje diferente" en Galicia y en Euskadi "si no quiere caer en contradicciones" y, cuando menos, "tendrá que hacer extensible" a Euskadi "los compromisos en materia de desarrollo autonómico que contraiga en Galicia".

Un tercer factor a tener en cuenta serían las encuestas favorables a los socialistas gallegos. Los sondeos dan unos buenos resultados al PSG. Con la coincidencia de fechas, explican en Ajuria Enea, se evita el riesgo de que un ascenso espectacular socialista en Galicia "active la marea del voto hacia Patxi López".

La Presidencia del Gobierno vasco entiende que sería "peligroso" retrasar los comicios puesto que la crisis, aunque con menor intensidad que en otras autonomías, "nos pisa los talones y salvo excepciones, el capítulo económico sólo va a generar noticias negativas que no beneficiarán en nada a quien ostenta el Gobierno".

Ibarretxe obvió estos análisis al anunciar la fecha de los comicios y restó trascendencia al hecho que coincidan con los gallegos. "Cada uno -dijo- tiene libertad para convocar cuando crea oportuno", y apuntó que una vez aprobados los presupuestos de la comunidad, "tomadas las medidas" para afrontar la crisis económica "y sin tiempo que perder" no había razón para prolongar la legislatura.