Las incidencias en el aeropuerto de Barajas por el temporal de nieve continuaron durante la jornada de ayer con cientos de pasajeros instalados en la terminal en espera de solucionar sus vuelos, mientras 10 provincias siguen en alerta por bajas temperaturas y nieve.

El aeropuerto de Barajas fue el principal afectado por el temporal de nieve, con cientos de personas que pasaron allí la noche del viernes, sufriendo largas colas para obtener información, recoger sus maletas o embarcar definitivamente en sus vuelos.

Además, efectivos de la Guardia Civil entraron en tres aviones de vuelos transoceánicos para instar a los pasajeros que se negaban a desembarcar a que abandonaran las aeronaves.

Diez provincias se encontraban ayer en alerta naranja (riesgo importante) ante la previsión de que se produzcan fuertes nevadas o que los termómetros se sitúen por debajo de los diez grados bajo cero, informó la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que mantenía el nivel "amarillo" (riesgo bajo) para otras quince provincias.

En las provincias de Alicante, Valencia y Murcia, la nieve podría alcanzar hasta diez centímetros, y en Almería, seis centímetros; por temperaturas mínimas extremas, 10 grados bajo cero, están en alerta naranja las provincias de Madrid (sierra), Guadalajara, Soria, Segovia, Burgos, Palencia, León, Zamora, Orense y Lugo.

En situación de alerta amarilla por nevadas o bajas temperaturas están Albacete, Ávila, Barcelona, Gerona, Granada, Huesca, Jaén, La Rioja, Málaga, Navarra, Salamanca, Tarragona, Teruel, Valladolid y Zaragoza.

La red de carreteras del Estado permanecía ayer abierta en su totalidad y únicamente existen restricciones al paso de vehículos pesados en algunos tramos de las provincias de Zaragoza, Alicante y León, según un comunicado del Ministerio de Fomento.

En la red secundaria de carreteras se produjo una mejoría respecto al viernes, aunque permanecían todavía cerrados doce puertos de montaña y en 25 son necesarias las cadenas, y otros siete tramos de carreteras están cortados.

Amotinados a bordo

El aeropuerto de Barajas tenía previsto operar ayer 985 vuelos, con diferentes cancelaciones y retrasos.

Durante todo el día las protestas se multiplicaron por los retrasos generalizados en los vuelos, con una demora media de 90 minutos en las terminales T1, T2 y T3 y de dos horas en la T4, y continuaban las cancelaciones de las rutas.

La Guardia Civil entró en tres aviones de vuelos transoceánicos, cuyos pasajeros se negaban a desembarcar, para instarles a que abandonaran la aeronave, pues se negaban a bajar de los aviones cuando fueron informados de que la tripulación "había excedido su tiempo de actividad".

En uno de estos vuelos que se dirigía a la ciudad de Buenos Aires los viajeros ya habían sido embarcados y desembarcados sobre las 03.00 de la madrugada de ayer, y por la mañana se "encerraron" en el avión desde que embarcaron de nuevo, a las dos del mediodía, hasta las cuatro de la tarde, cuando llegaron a "un pacto con la supervisora".

El pasaje de este avión, más de 300 personas, fue trasladado a diferentes hoteles de la capital y estaba previsto que salieran la pasada madrugada, cuando la "tripulación haya descansado las diez horas y media reglamentarias", según los viajeros.

Falta de información

Agentes de la Guardia Civil estuvieron recorriendo el edificio satélite de la terminal T4, ante las continuas protestas por las demoras en los vuelos y la falta de información por parte de las compañías.

Varias compañías informaron de que durante la mañana de ayer llegaron a operar con "muchas dificultades", ya que en las plataformas del aeropuerto había hielo y se retrasaban las labores de carga de los aviones, que provocaron más retrasos, y advirtieron de que iban a generar "unos problemas tremendos en las rotaciones a lo largo de la jornada".

Los problemas que el temporal causó en el aeropuerto de Barajas llegaron a afectar también a la actividad del aeropuerto de El Prat, en Barcelona, donde se registraron retrasos en los vuelos que enlazan con Madrid, en especial en los que procedían de Latinoamérica, que se demoraron, en algún caso, hasta dos horas.