La muerte ayer de dos mujeres marroquíes junto al paso fronterizo entre Ceuta y Marruecos fue el triste final para dos de las personas que a diario cruzan el paso para ganar unos euros con los que mantener a sus familias. Las inmediaciones de la frontera del Tarajal eran ayer un hervidero de comentarios sobre el trágico suceso que causó la muerte a dos mujeres que habitualmente trasladaban bultos con mercancía a su país de origen.

Una aglomeración de más de 200 personas había provocado que las dos mujeres perdieran el equilibrio y fallecieran entre la multitud de los miles de marroquíes que, todos los días, repiten la misma escena: aglomeración tras aglomeración.

Un porteador, identificado como Mustafa M., cuenta, casi con lágrimas en los ojos, que "han muerto por unos míseros euros", en relación al poco dinero que reciben por el paso de la mercancía y que no va más allá de los cinco euros al día.

"Cuantos más viajes y más cargados vayamos más dinero nos dan", dice el propio Mustafa M., quien no conocía a ninguna de las dos fallecidas, pero que le parecía que vivían en Castillejos, la primera población marroquí nada más cruzar la frontera, de la que dista unos 7 kilómetros.

La Policía Nacional había acordonado la zona, pero las escaleras por donde se precipitaron las mujeres aún conservaban el resto de sangre, captado por las imágenes de las decenas de periodistas en el lugar.

Uno de los agentes de la Policía Local, que se encargaba de regular el tráfico en las inmediaciones de la frontera, desvela su impresión: "Era algo que se temía y hoy ha pasado".

Para empresarios, porteadores y policías parecía la crónica de "una muerte anunciada".