La activista saharaui Aminatu Haidar llegó ayer a Las Palmas, procedente de El Aaiún, capital administrativa del Sahara Occidental, para pasar unos días en la Isla antes de partir hacia Madrid, donde tiene previsto someterse a un chequeo médico.

Haidar, que fue recibida en el aeropuerto de Gran Canaria por su abogada, Inés Miranda, y el presidente de la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara de España, Carmelo Ramírez, presentaba un buen aspecto físico y, según indicaron a Efe fuentes saharauis, no sufre ninguna dolencia especial y el chequeo es rutinario para confirmar su estado de salud tras la huelga de hambre que realizó durante 32 días.

Fuentes cercanas a la activista señalaron que durante su permanencia en el aeropuerto de El Aiún había una gran presencia de agentes marroquíes que estaban haciendo fotos y llamadas telefónicas constantemente.

Cuando le fue entregada la ficha de embarque para su salida hacia Canarias, Aminatu la rellenó "como siempre" aportando su dirección en El Aiún y residencia en el Sahara Occidental.

Ante las constantes llamadas telefónicas que hacían los agentes, la activista les preguntó si había algún problema, a lo que le contestaron que podía pasar, aunque Aminatu se quejó de que otros activistas no pueden salir, como es el caso de Hmad Hamad, al que recientemente le retiraron la documentación. También recordó el caso de los siete activistas marroquíes detenidos por visitar los campos de refugiados saharauis y que fueron recientemente presentados ante un tribunal militar de Rabat para ser juzgados.

Aminatu señaló que espera que Marruecos modifique su estrategia de represión en el Sahara Occidental ocupado a la espera del referéndum de autodeterminación.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias, indicaron que Haidar pasó con normalidad los controles de aduana en el aeropuerto canario y recordaron que tiene residencia legal en Las Palmas, por lo que su estancia en el archipiélago es "absolutamente normal".

Aminatu padece bastantes dolores de estómago ocasionados por su largo periodo de huelga de hambre que han complicado la úlcera sangrante que padece, y está aquejada, además, de dolores en la espalda tras su permanencia en prisión a lo largo de 4 años.

La activista se encontraba desde el 18 de diciembre en El Aaiún, donde llegó procedente de Lanzarote, tras permanecer 32 días en huelga de hambre para que Marruecos le permitiera volver a su casa, tras ser sido expulsada en noviembre por negarse a reconocer en la ficha de control policial su nacionalidad como marroquí.