El PP ha consolidado su ventaja electoral sobre el PSOE al distanciarse de los socialistas en 3,8 puntos en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), pero ambos partidos pierden respaldo en beneficio de IU y UPyD, que mejoran notablemente sus resultados.

Los datos confirman el desgaste continuo que en las encuestas del CIS viene experimentando el PSOE desde las generales del 2008, a lo que se añade, por vez primera, que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, deja de ser el político mejor valorado en beneficio de Rosa Díez (UPyD).

Si hoy se celebraran elecciones generales, el PP ganaría por un porcentaje del 40% en voto estimado, mientras que los socialistas se llevarían el 36,2% de los sufragios.

La diferencia sería superior incluso a los 3,5 puntos que permitieron al PSOE ganar al partido de Mariano Rajoy en las últimas generales de 2008, si bien los datos del barómetro reflejan un retroceso en el respaldo electoral de ambos partidos. Por contra, experimentan un notable ascenso IU, que pasa de una estimación de voto del 4,7% al 6,1%, y UPyD, que del 3,7% llega al 4,4% y bate su propio récord de apoyo electoral. CiU se mantiene en el 3,7%, el PNV pierde tres décimas y se queda con el 1% y también disminuye dos décimas ERC, hasta el 1,3%.

Recuperación de CC

Coalición Canaria se llevaría el 0,9% -vuelve al porcentaje de 2004, cuando en las generales obtuvo tres diputados-; Na Bai, el 0,5%, y el BNG, un 0,8%. El voto en blanco previsto por el CIS alcanza un significativo 2,1%.

Respecto a la valoración de líderes, los ciudadanos suspenden en conjunto a todos los dirigentes políticos, con Rosa Díez en primera posición gracias a una media de 4,08 puntos, seguida de Rodríguez Zapatero, calificado con 3,98, y del portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, con 3,73.

Se mantiene en cuarto lugar el líder del PP, Mariano Rajoy, cuyo 3,61 de la anterior encuesta baja a un 3,50.

Destaca el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como el político más valorado de todos y el único que roza el aprobado, con un 4,98 de nota, dentro de un Gobierno cuyos miembros suspenden sin excepción en la evaluación de los ciudadanos, que castigan especialmente a los responsables de las áreas económicas.