Agentes de la Guardia Civil encontraron ayer 75 kilos de amonitrato y 9 de nitrometano, materiales para fabricar explosivos, y otros 8 kilos de explosivo ya preparado, en cinco zulos de la banda terrorista ETA registrados ayer en el monte Gorbea, en Vizcaya, y en la localidad guipuzcoana de Hernani, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.

Fue la declaración del terrorista Ibai Beobide la que llevó al registro ayer de estos cinco zulos. Beobide, detenido el pasado día 13 cuando iba en bicicleta entre las localidades guipuzcoanas de Asteasu y Villabona, era el encargado de dinamizar y coordinar al menos tres "taldes" (comandos) de ETA, que disponían de armas y 150 kilos de explosivos, según su declaración.

El miembro de la banda terrorista explicó que el material había sido ocultado en varios escondites. Ayer por la mañana el detenido fue trasladado de la prisión primero a la localidad guipuzcoana de Hernani, donde se descubrieron dos zulos, y luego a la zona montañosa del Gorbea, donde la Guardia Civil registró otros tres depósitos de la banda.

Registros

De esta forma, en Hernani uno de los escondites contenía ocho kilos de explosivo ya preparado, así como temporizadores, dispositivos para fabricar bombas-lapa, cordón detonante y detonadores. En el otro depósito localizado en esta misma localidad guipuzcoana se encontraron un lápiz óptico y dos mil euros.

Posteriormente, el registro de la Guardia Civil se trasladó a las faldas del monte Gorbea, donde en uno de los zulos se hallaron 75 kilos de amonitrato, 9 de nitrimetano, 20 metros de cordón detonante, 25 detonadores, temporizadores con el anagrama de ETA y un poco de pentrita. Los otros dos zulos del Gorbea no contenían nada destacado.

El hallazgo se produjo en una zona forestal en las estribaciones del monte Gorbea, a unos dos kilómetros de la carretera por la que discurre el puerto de Barazar, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad de Bilbao.

La Guardia Civil tenía localizados los escondrijos, pero hasta ayer no se llevaron a cabo los registros debido a que la zona, a unos 800 metros de altitud, estaba cubierta en días pasados por la nieve.

La mejoría del tiempo hizo que desapareciera la nieve y se localizaran los depósitos de los terroristas de ETA.