El juez Baltasar Garzón ha dicho hoy en el Tribunal Supremo (TS), donde ha declarado como imputado durante 4 horas y media, que ni ha pedido ni ha percibido cantidad alguna del Banco Santander durante su estancia en la Universidad de Nueva York, entre 2005 y 2006, y ha explicado cuáles fueron sus honorarios.

Así lo ha indicado el abogado de Garzón, Enrique Molina, quien ha señalado que su cliente agradece al Supremo la oportunidad que ha tenido de "desmentir lo que son bulos infundados de orientación más calumniosa que de otro contenido".

En su querella por prevaricación y cohecho contra el juez de la Audiencia Nacional, los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea relacionan la percepción de 302.000 dólares por parte del juez con la decisión de éste de no admitir a trámite posteriormente una querella formulada contra directivos del Santander, entre ellos su presidente, Emilio Botín, en el proceso penal por las llamadas "cesiones de crédito".

Garzón se ha trasladado a pie desde la Audiencia Nacional al TS, donde se han concentrado medio centenar de periodistas, pero ningún grupo de seguidores ni detractores del juez como ocurrió el pasado mes de septiembre cuando declaró como imputado por investigar las desapariciones durante la Guerra Civil y el franquismo, caso por el que será juzgado por el Supremo y está muy cerca de ser suspendido.

Sólo una mujer ha gritado ante el magistrado "inocente, inocente" cuando llegaba a las dependencias del TS y, un poco más avanzada la mañana, han acudido dos Madres y una Abuela de la Plaza de mayo argentinas portando pancartas en las que se leía: "Tapan la Gürtel juzgando a Garzón" y "Más jueces como Garzón".

El juez, quien se encuentra hoy de guardia en la Audiencia Nacional, ha llegado a las 10:15 horas al Alto Tribunal, de donde ha salido sin hacer declaraciones pasadas las 15:30 horas, momento en que dichas mujeres han gritado: "¡Justicia para Garzón¡".

Entre una multitud de periodistas, el abogado de Garzón ha explicado que la declaración del juez ante el magistrado instructor de esta causa en el Supremo, Manuel Marchena, ha ido "bien" porque "ha dado una correcta explicación" de cómo fue la estancia de Garzón en Nueva York, "con independencia del patrocinio que el Santander hizo con posterioridad a los cursos en su día".

También ha dicho que Garzón ha explicado a Marchena que los honorarios que cobró procedían del Centro Rey Juan Carlos I y de la Universidad de Nueva York.

"Con absoluta independencia de estos honorarios existía un patrocinio del Banco Santander a unos cursos que organizaba la Universidad de Nueva York", ha añadido Molina, quien ha hecho hincapié en que Garzón no percibió cantidad alguna del Santander, "al cual ni pidió ni solicitó ninguna cantidad".

Ésta es la segunda querella que estos dos abogados presentaban contra Garzón por los mismos hechos ante el Supremo, que archivó la primera el año pasado, aunque acordó deducir testimonio de su resolución al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que también sobreseyó este asunto.

Mazón y Panea insistieron en su denuncia al considerar que existían "nuevos datos" y el Supremo solicitó al Banco Santander y a la Universidad de Nueva York diversa documentación sobre los emolumentos percibidos por Garzón, que llegó al tribunal el pasado mes de diciembre.

Entre la remitida por la entidad bancaria figuraban varias cartas del juez a Botín en las que el primero le agradece a éste el patrocinio de sus conferencias en la Universidad neoyorquina.

El abogado de Garzón ha asegurado que en dichas misivas "se reconoce que por un lado está la gestión de los fondos por la Universidad y por otra parte lo que es el agradecimiento al patrocinador de los cursos por hacer viable los mismos, lo que no quiere decir que él recibiera cantidad alguna".

Al respecto, ha añadido que el juez de la Audiencia Nacional ha puesto de manifiesto "otros aspectos de las cartas que quizá intencionadamente los acusadores habían obviado".

Garzón no ha contestado a las preguntas de la acusación, cuyo abogado, José Luis Mazón, ha dicho a EFE que el juez en su declaración "ha tergiversado el contenido de las cartas" y "ha cogido una línea de defensa que le conduce a un callejón sin salida".