El Comité de Liberación de Melilla acordó ayer suspender la "marcha" convocada para mañana sobre la ciudad autónoma alegando "motivos de seguridad" ante la "imposibilidad" de controlar una asistencia que calculan iba a ser de 300.000 personas y la posibilidad de que hubiera "infiltrados" para reventar la protesta.

Mientras, el Gobierno de Melilla se querellará contra los marroquíes que asaltaron el manantial de Yasinen el pasado domingo, por considerar esta acción como un "allanamiento salvaje" contra una propiedad municipal melillense que se remonta a 1931.

Entre tanto, el portavoz gubernamental y ministro marroquí de Comunicación, Jalid Naciri, desmintió ayer que Rabat esté detrás de este tipo de acciones.

Del mismo modo, puntualizó que la revisión de las relaciones bilaterales con España se realizará "con pleno respeto de los parámetros fundamentales de las relaciones bilaterales", y que tendrá en cuenta "la preservación de la dignidad nacional del país".